Razones por las cuales NASA mantiene su colaboración con Boeing.
El fiasco del Starliner provocó conjeturas sobre la posibilidad de que la agencia espacial decidiera prescindir de Boeing. Sin embargo, si tomara esa decisión, se vería obligada a depender de SpaceX y de Elon Musk.
Recientemente, el Starliner de Boeing regresó a la Tierra tras completar su misión sin tripulación desde la Estación Espacial Internacional (ISS). Esta situación ha dejado a dos astronautas varados en la ISS durante meses, lo que representa un notable revés para la compañía y ha suscitado vergüenza en un contexto donde Boeing enfrenta críticas por diversos problemas en sus aeronaves.
Pese a la caída en la percepción pública sobre Boeing, NASA ha mantenido su respaldo a la empresa, reafirmando su confianza en el Starliner y en la importancia de la relación con Boeing. Este apoyo puede parecer desconcertante, ya que el Starliner ha sufrido múltiples retrasos y complicaciones, incluidas una prueba de vuelo orbital fallida en 2019 y problemas recientes como fugas de helio y fallos en los propulsores.
Después de investigaciones prolongadas, NASA optó por no arriesgar la seguridad de sus astronautas durante el regreso del Starliner, decidiendo que fueran rescatados por una nave Crew Dragon de SpaceX. Este desenlace ha sido considerado decepcionante para el programa espacial estadounidense y un golpe a la reputación de Boeing. La misión, que estaba planeada para durar ocho días, se extendió a más de tres meses de resolución de problemas.
NASA subraya la necesidad de contar con dos sistemas de transporte para astronautas, no solo para asegurar viajes en caso de fallas, sino también para evitar la dependencia de una sola empresa privada que pueda monopolizar el acceso al espacio. Legisladores y funcionarios del Pentágono han manifestado su preocupación ante esta dependencia de SpaceX, especialmente en un contexto donde la controvertida conducta de Elon Musk genera incertidumbre sobre su control sobre el lanzamiento espacial y la infraestructura.
Boeing ha enfrentado un año complicado con serios inconvenientes en sus operaciones, sin embargo, NASA defiende la capacidad de la empresa para afinar el Starliner, manteniendo una narrativa enfocada en la colaboración y el aprendizaje mutuo a partir de los reveses.
Sin embargo, existe un debate interno sobre la decisión de utilizar el Starliner para el regreso de los astronautas. Aunque muchos expertos consideran que el vehículo podría haber sido seguro, la cautela prevaleció debido a la cultura de riesgos dentro de NASA, desarrollada tras accidentes trágicos en el pasado. La introducción de alternativas, como el Crew Dragon, permite tomar decisiones más conservadoras.
El futuro del Starliner es incierto, ya que no se ha anunciado si se requerirán nuevas pruebas antes de que pueda ser certificado para vuelos tripulados. Mientras tanto, Boeing reconoce que su enfoque debe ser garantizar la seguridad de la tripulación y continuar colaborando con NASA.
Este programa forma parte de un experimento más amplio donde NASA busca promover un desarrollo comercial viable en el sector espacial. Aunque ha habido desafíos, el contrato de precio fijo con Boeing y SpaceX significa que NASA no está asumiendo las pérdidas derivadas de las complicaciones de desarrollo del Starliner.
A pesar de los contratiempos, Boeing aún tiene mucho en juego. Con $1.9 mil millones de ingresos potenciales y su gran capacidad financiera, la compañía está menos propensa a abandonar el proyecto. Sin embargo, la presión es alta para demostrar resultados en comparación con el éxito de SpaceX, que ha cumplido con sus propias expectativas y ha establecido un nuevo estándar en vuelos espaciales comerciales.
En resumen, aunque Boeing ha enfrentado una serie de desafíos, el compromiso de NASA con ambos proveedores es fundamental para asegurar la seguridad y la continuidad en los vuelos tripulados hacia la ISS y el desarrollo de futuros proyectos espaciales.
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