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Las restricciones en internet y cómo las grandes empresas tecnológicas están agravando la censura, según expertos.

Apple continúa eliminando aplicaciones de VPN siguiendo las órdenes de Rusia.

Las grandes empresas tecnológicas han estado bajo la mira durante mucho tiempo por su colaboración con gobiernos autoritarios para censurar la información en internet. Una reciente investigación ha revelado cómo Google ha aumentado su cooperación con países como Rusia, China, Irán y Afganistán para atender las solicitudes de censura.

De acuerdo con datos de Surfshark, las órdenes de eliminación de contenido a nivel mundial dirigidas a Google se han más que duplicado en la última década, siendo el Kremlin responsable de más del 60% de estas peticiones entre 2020 y 2024. Sarkis Darbinyan, cofundador del grupo ruso de derechos digitales Roskomsvoboda, ha señalado que el enfoque de Google frente a los censores autoritarios es más favorable en comparación con su principal competidor, Apple. Darbinyan explicó que Google está resistiendo las exigencias de Roskomnadzor para eliminar aplicaciones VPN de la Google Play Store, mientras que la situación es menos favorable para los usuarios de Apple.

Las aplicaciones VPN son fundamentales para los usuarios que viven en entornos con restricciones de internet, ya que permiten eludir los bloqueos impuestos por los gobiernos. La administración rusa ha intensificado estos esfuerzos, aumentando sus capacidades para bloquear VPN, implementando leyes que prohíben tácticas que sorteen la censura y buscando colaboración de las firmas tecnológicas. Hasta ahora, alrededor de 100 aplicaciones VPN han sido eliminadas de la App Store de Apple en Rusia, con más de 60 de ellas eliminadas solo entre julio y octubre del año pasado. Uno de los casos más notorios fue el de Amnezia VPN, desarrollada por Roskomsvoboda para contrarrestar la dura censura del país. Sus desarrolladores recibieron un aviso nocturno de Apple, indicando que la aplicación había sido marcada para su eliminación por Roskomnadzor y fue borrada en menos de tres horas.

A pesar de que Google también ha acatado órdenes del Kremlin, como la reciente represión de contenido en YouTube, Darbinyan ha notado que Google ha estado más dispuesto a encontrar soluciones equilibradas en comparación con Apple. Mientras que Google y Meta han restaurado contenido eliminado tras interacciones con defensores de derechos digitales, Apple ha mantenido un enfoque más formal y opaco, sin proporcionar información sobre lo que elimina.

El papel de las grandes tecnológicas es cada vez más crucial en la promoción o restricción de las libertades en internet a nivel global. David Peterson, director general de Proton VPN, comentó que estas compañías ahora actúan como los guardianes de la libertad digital, y que con este poder también viene la responsabilidad de proteger la libertad de expresión y combatir la censura. La situación en Rusia ha mostrado cómo una diferente respuesta a una orden de bloqueo ha llevado a distinciones significativas entre los usuarios de Android/Windows y los de iPhone/Mac.

La transparencia en el manejo de solicitudes de eliminación de contenido es clave. La investigación destaca que el proceso "opaco" de Google para retirar contenido y la falta de datos completos ha suscitado críticas sobre el control que ejercen las grandes empresas tecnológicas. Desde 2011, las autoridades estadounidenses han emitido más de 12,000 solicitudes de eliminación a Google, pero la empresa solo ha publicado detalles de menos de 40 de ellas.

Expertos coinciden en que las grandes tecnológicas no solo pueden, sino que deben negarse a cumplir con ciertas solicitudes de eliminación de contenido. Darbinyan argumenta que estas compañías deben revisar sus políticas globales en torno a la eliminación de contenido, considerando no solo las leyes locales, sino también los estándares internacionales de derechos humanos. En su opinión, cuando las leyes represivas contradicen normas internacionales, las solicitudes deberían ser rechazadas.

Además, las grandes tecnológicas deberían dejar de priorizar sus negocios sobre los derechos humanos, ya que una sola decisión puede afectar drásticamente la vida de muchas personas.