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Después de 8 años, el diseño original de los AirPods de Apple ha llegado a su fin, y no lo extrañaré, aunque aprecio su legado.

Un verdadero punto de inflexión, que mantuvo su inexplicable popularidad hasta el final.

Desde su lanzamiento en diciembre de 2016, Apple ha mantenido de manera continua la venta de AirPods con el mismo diseño original durante ocho años. Aunque la segunda generación de AirPods trajo mejoras internas y de sonido, así como nuevas funcionalidades, el diseño de los audífonos y el estuche continuaron siendo prácticamente idénticos.

Con la llegada de los AirPods 4, ese diseño icónico finalmente llega a su fin, cerrando un capítulo que ha influido significativamente en el desarrollo de los audífonos inalámbricos verdaderos. Aunque personalmenten no me agradó el diseño original, reconozco que marcó el inicio de una era, y que incluso algunos de los mejores audífonos que utilizo diariamente deben parte de su diseño a este modelo.

Es importante señalar que los AirPods no fueron los primeros audífonos verdaderamente inalámbricos. Modelos como Bragi Dash y Earin pelearon por ese título alrededor de 2015, con Sennheiser MX W1 como un pionero en este ámbito desde 2008, aunque estos últimos utilizaban un transmisor personalizado y eran bastante voluminosos. En 2016, la comunidad tecnológica ya anticipaba el potencial de los audífonos totalmente inalámbricos, y empresas competidoras como Samsung lanzaron antes sus propios modelos, como los Samsung Gear Icon X.

Sin embargo, a pesar de la competencia, los primeros audífonos existentes no lograron captar la atención del público en general, principalmente porque la tecnología Bluetooth no había sido adaptada para la transmisión dual, lo que generó conexiones poco confiables y limitadas en duración de batería. Además, la mayoría de los diseños de modelos anteriores no resultaban atractivos para los consumidores.

Los AirPods, al ofrecer conectividad sólida en comparación con la competencia y una vida útil de batería práctica, se volvieron populares. Su integración en el ecosistema de Apple facilitó la experiencia de emparejamiento, siendo tan fáciles de utilizar como los EarPods de la compañía, pero sin el enredo de cables.

Uno de los aciertos de Apple fue utilizar un diseño similar al de los EarPods, lo que daba confianza a los consumidores al momento de probar una nueva tecnología. De este modo, se eliminaban las dudas sobre su comodidad y fiabilidad, lo que facilitó su aceptación en el mercado. Además, su estuche, alargado y delgado, evocaba imágenes familiares, convirtiéndolos en un símbolo reconocible.

Personalmente, nunca disfruté de este diseño, encontrándolo incómodo y poco atractivo. Sin embargo, a pesar de mis reservas, es innegable que los AirPods impulsaron la popularidad de los audífonos verdaderamente inalámbricos, convirtiéndose en el modelo de auriculares más vendido del mundo y estableciendo un estándar que otros fabricantes, como Samsung y Sony, han seguido. Incluso en 2024, hemos visto cómo compañías han adoptado características del diseño de los AirPods, como lo demuestra el reciente lanzamiento de los Samsung Buds 3 Pro.

A pesar de la evolución en tecnología y diseño que han superado a la segunda generación de AirPods en términos de costo y confort, este diseño original se mantuvo sorprendentemente popular hasta su despedida. Durante eventos de promoción, los AirPods seguían siendo un éxito de ventas, a menudo ubicándose entre los productos más destacados a pesar de las críticas a su relación calidad-precio.

El hecho de que un diseño perdurase tanto tiempo en el mundo tecnológico es un testimonio de su efectividad. Aunque no lamentaré la pérdida del diseño, es evidente que estamos diciendo adiós a un icono de la tecnología moderna.

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