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El gobierno de EE. UU. limitará inversiones en sectores de alta tecnología en China para proteger la seguridad nacional.

Se prohibirán las inversiones en industrias como la fabricación de semiconductores.

El Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha implementado una regulación definitiva relacionada con una orden ejecutiva que busca restringir las inversiones en ciertos sectores industriales de China. Entre las áreas de inversión restringidas se encuentran la inteligencia artificial, los semiconductores y la microelectrónica. Esta acción se suma a las crecientes tensiones entre Estados Unidos y China en el ámbito tecnológico.

Las nuevas regulaciones, supervisadas por el Tesoro, exigirán a las empresas que notifiquen al gobierno sobre inversiones en tecnologías consideradas sensibles. Estas tecnologías son aquellas que podrían ser utilizadas para fortalecer capacidades militares, como la inteligencia artificial, los semiconductores, la microelectrónica y la computación cuántica.

Aunque estas normas no son del todo nuevas, ya que se basan en restricciones previas, marcan un paso importante en la estrategia del gobierno de Biden, que se centra en la seguridad nacional. En octubre de 2022, Estados Unidos había implantado controles a la exportación para limitar el acceso de China a tecnologías avanzadas en semiconductores, esenciales para el desarrollo de inteligencia artificial. Estas medidas se complementaron con aumentos arancelarios previos sobre importaciones chinas.

Desde 2018, las autoridades estadounidenses han intensificado sus esfuerzos por restringir el flujo de capital y conocimiento hacia China, en respuesta a preocupaciones sobre la seguridad nacional y la competencia militar. La administración Trump había iniciado un proceso similar, imponiendo tarifas y restricciones a las inversiones chinas en el sector tecnológico estadounidense, mencionando como motivo el "traspaso forzado de tecnología" y las aplicaciones militares potenciales de tecnologías avanzadas.

Bajo la gestión de Biden, la política no ha cambiado, ya que el país busca evitar que las tecnologías y las inversiones contribuyan a la modernización militar de China, lo que podría comprometer los intereses estratégicos de Estados Unidos. Desde mediados de 2023, el Tesoro ha estado trabajando en estas restricciones, inicialmente proponiendo la posibilidad de prohibir ciertas inversiones en el país asiático, y ajustando el alcance de las normas a partir de la retroalimentación recibida.

Las regulaciones finales, presentadas por la Oficina de Seguridad de Inversión del Departamento del Tesoro, intentan equilibrar la protección de los intereses de seguridad de Estados Unidos con la necesidad de mantener relaciones comerciales estables. Según el aviso del Departamento del Tesoro, "las posibles aplicaciones militares, de inteligencia, vigilancia y cibernéticas de estas tecnologías y productos representan riesgos para la seguridad nacional de EE. UU., especialmente cuando son desarrollados por un país preocupante como la República Popular de China".