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Los amigos de Elon Musk han logrado infiltrarse en la Administración de Servicios Generales.

Ex-empleados de Elon Musk están tratando de utilizar credenciales de la Casa Blanca para acceder a la tecnología de la Administración de Servicios Generales, lo que les permitiría conectarse de forma remota a computadoras portátiles, leer correos electrónicos y realizar otras acciones, según indican fuentes.

El equipo de Elon Musk, compuesto por colegas de confianza y ex pasantes de sus empresas, ha tomado control de la Administración de Servicios Generales (GSA), una agencia gubernamental fundamental para la gestión de oficinas y tecnología federales. Según documentos filtrados, este grupo ya intenta utilizar credenciales de seguridad de la Casa Blanca para obtener acceso inusual a la tecnología de la GSA, implementando nuevos programas de inteligencia artificial y transformando la oficina para que refleje la imagen de X.

Entre los nuevos empleados de la GSA se encuentran algunas personas que previamente ayudaron a Musk en su adquisición de Twitter. Nicole Hollander, quien permaneció en las oficinas de Twitter durante la transición, ahora tiene acceso de alto nivel en la agencia. Su esposo, Steve Davis, también ha asumido una posición de liderazgo en el Departamento de Eficiencia del Gobierno (DOGE) bajo Musk. Otros miembros del equipo incluyen a Thomas Shedd, cuyo trabajo previo estuvo en Tesla, y a Edward Coristine, ex pasante de Neuralink.

Un empleado actual de la GSA, que decidió mantenerse en el anonimato, expresó su preocupación, señalando que el equipo parece actuar como si estuviera dando un golpe de estado en una empresa tecnológica en lugar de trabajar por el bienestar del gobierno federal. El objetivo del grupo parece ser una rápida reducción del gasto gubernamental, buscando un recorte del 50% en las oficinas bajo la GSA.

Además, ha surgido la intención de utilizar las credenciales de TI de la oficina del presidente para acceder a los sistemas internos de la GSA, lo que típicamente requeriría que los empleados estuvieran formalmente en la agencia. Este acceso podría otorgar a los asociados de Musk la capacidad de monitorear laptops, reuniones y correos electrónicos, lo que genera preocupaciones sobre la seguridad y la privacidad del gobierno federal.

La nueva dirección de la GSA ha puesto énfasis en reducir la cartera inmobiliaria de la agencia, y ha comenzado a cancelar contratos y adquirir herramientas de IA. Un reciente mensaje en una pizarra en una oficina de la GSA reflejó su enfoque en hacer recortes presupuestarios significativos. Stephen Ehikian, el nuevo administrador interino de la GSA, confirmó en un correo electrónico que están tomando medidas para reducir los costos de bienes raíces.

Además, la formación de espacios de descanso en las oficinas está bajo discusión, y se han llevado a cabo reuniones para explorar la construcción de prototipos de estas áreas. Hollander, no solo solicitó espacios de descanso, sino que también busca acceso a aplicaciones de la Servicio de Edificios Públicos, lo que en su conjunto parece alinearse con la intención de reducir costos en bienes raíces.

Dentro de su plan, se están autorizando herramientas de IA como Google Gemini y Cursor para los empleados federales, y se han solicitado datos históricos de contabilidad y pagos a proveedores. Este enfoque se asemeja a las estrategias aplicadas por Musk en otras agencias federales, lo que genera inquietud entre los trabajadores por la forma en que estas reformas pueden impactar sus empleos.

Recientemente, se ha informado que el personal de la GSA recibió comunicaciones sobre un programa de renuncias diferidas, lo que encendió dudas y resistencia entre los empleados, quienes temen que la administración no cumpla con lo prometido, dado el historial de Musk en el ámbito laboral.

Esta serie de cambios conlleva un ambiente de incertidumbre, con muchos empleados considerando su futuro dentro de la agencia ante la posible desestabilización de sus posiciones y condiciones laborales.