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Prueba del prototipo de Mercedes-Benz GLC con tecnología EQ: Mejora al ser enfriado.

Mercedes está lanzando importantes nuevos modelos de vehículos eléctricos, y el GLC promete ser un gran éxito.

Antes de que un nuevo automóvil salga al mercado, pasa por meses e incluso años de exhaustivas pruebas en diversas ubicaciones del mundo. En este proceso, Suecia juega un papel crucial, ya que sus frías extensiones del norte ofrecen las condiciones ideales de temperaturas bajo cero y superficies heladas. Recientemente, tuve la oportunidad de probar un nuevo vehículo eléctrico de Mercedes-Benz: el GLC con tecnología EQ, una versión completamente eléctrica de uno de los SUVs más populares de la marca. Equipado con nuevas baterías, motores y un sistema de carga de mayor voltaje, representa un avance significativo en comparación con otros vehículos eléctricos de la compañía, como el EQE SUV.

Me dirigí a Suecia con la pregunta sobre la experiencia de conducción de este nuevo modelo. A pesar de tener experiencia manejando en hielo y nieve durante más de 20 años, al conducir un prototipo tan valioso, tiendo a ser más cauteloso. Sin embargo, al ponerme al volante del GLC eléctrico, me lancé rápidamente, acelerando con confianza por un sendero cubierto de hielo entre un grupo de abetos. Esta reacción instantánea fue posible gracias a la capacidad de los sistemas de tracción y control de estabilidad del GLC. En situaciones donde otros vehículos reducirían la potencia, este modelo se mostró más adaptable, controlando la entrega de energía para evitar un accidente costoso en la nieve.

Cuando encontraba buena adherencia, el GLC respondía con mucha rapidez, alcanzando aceleraciones máximas gracias a su sistema de motores eléctricos de doble tracción y tracción a las cuatro ruedas. Estos motores pertenecen a la nueva plataforma de Mercedes-Benz, MB.EA, que utiliza un tipo de imanes permanentes, incluyendo un motor delantero que se desconecta físicamente para reducir la resistencia cuando no es necesario.

El vehículo también cuenta con una nueva bomba de calor capaz de absorber energía térmica del aire ambiente y de los sistemas internos del automóvil. Según los ingenieros de Mercedes, esta bomba calienta el habitáculo el doble de rápido y consume la mitad de energía que sus anteriores modelos eléctricos. A pesar de las temperaturas muy por debajo de cero, el interior del GLC era bastante acogedor.

Sin embargo, no pude evaluar la autonomía en estas condiciones, ya que se trataba de un prototipo en preproducción. Aun así, espero una mejora significativa respecto a los 307 kilómetros que puede recorrer el EQE SUV con una carga. Las baterías del GLC emplean una química revisada que minimiza el uso de cobalto problemático y mejora la densidad energética, resultando en un mayor rendimiento por cada kilo de batería.

Otro aspecto que ayuda a la autonomía es el sistema de frenos regenerativos, que incluye diferentes niveles de regeneración y un modo de un solo pedal que detiene completamente el SUV. No obstante, al presionar el pedal de freno, la sensación es diferente; el pedal no proporciona retroalimentación hidráulica, sino una resistencia simulada, similar a un set de pedales de simulación de carreras. Aunque puede ser inusual, esta característica asegura una experiencia de conducción siempre consistente. El vehículo determina cuánto de la desaceleración deseada puede lograr mediante la potencia regenerativa y, cuando es necesario, activa los frenos físicos de manera fluida.

En términos prácticos, este sistema funciona de manera excepcional, brindando una detención suave y precisa, sin los imprevistos que suele ocasionar el frenado brusco en un eléctrico. Aunque la falta de retroalimentación al activar el ABS puede ser decepcionante, se argumenta que esto evita que algunos conductores levanten el pie del pedal.

Acelerando el GLC, la respuesta es contundente, lo que mantendrá interesados a los amantes del rendimiento. Sin embargo, no puedo evaluar a fondo su manejo debido a las condiciones de baja adherencia que enfrenté. La suspensión neumática opcional se comportó de manera excelente en condiciones adversas, absorbiendo la irregularidad del camino, incluso elevando la suspensión cuando la nieve y el hielo requerían más despeje. En carreteras más suaves, el GLC ofrecía el silencio que se espera de un automóvil de lujo eléctrico, aunque el ruido de los neumáticos de nieve agresivos era perceptible.

La incertidumbre persiste sobre su precio y disponibilidad, ya que se espera que el GLC haga su debut formal en Alemania en septiembre, lo que augura una producción que no comenzará hasta bien entrado 2026. Mercedes-Benz aún no ha definido un precio, y dado el contexto actual, es difícil predecir cómo afectarán los incentivos y aranceles a los vehículos eléctricos, incluyendo aquellos fabricados en EE. UU.

Si se establece un precio competitivo y el diseño final es atractivo sin las camufladas, es muy probable que se convierta en un éxito. Estoy ansioso por volver a conducirlo y acostumbrarme aún más a su manejo único.