Mi primera semana con un vehículo eléctrico, el Chevy Equinox: así fue la experiencia.
El coche más divertido que he conducido fue el Tesla Roadster original. Esto ocurrió en 2011, cuando la empresa de vehículos eléctricos de Elon Musk se enfocaba en atraer la atención de los medios en lugar de despreciarla.
La experiencia más divertida que he tenido al volante de un automóvil fue con el Tesla Roadster original en 2011. En aquel entonces, la compañía de Elon Musk buscaba atención mediática y me ofreció un test drive. Conduje por la I-280, una hermosa carretera casi desierta, perfecta para probar la velocidad de los coches. Quedé impresionado con su aceleración y la facilidad con que manejaba a altas velocidades. Aunque he tenido la oportunidad de conducir otros coches deportivos, la esencia eléctrica del Roadster lo hacía único, similar a un carrito de golf sumamente potente y aerodinámico.
Desde aquel momento, mis pruebas de vehículos han sido escasas, ya que no soy un periodista de automóviles y, por lo general, mis coches han sido de gasolina. Sin embargo, una semana antes de una entrevista con el CEO de GM, Mary Barra, en TechCrunch Disrupt, tuve la oportunidad de manejar el nuevo Chevy Equinox. El coche llegó a mi casa en San Francisco y me sorprendió su belleza. Mi primera duda fue cómo cargarlo; este había sido uno de los principales obstáculos que me había detenido de pasar a lo eléctrico. Descubrí que necesitaba un adaptador para casa y posiblemente una actualización de voltaje, lo que me sonó a una llamada costosa a un electricista.
Decidí que podría cargarlo en las estaciones de Shell cercanas a mi gimnasio, así que no me preocupé demasiado al principio. Cuando recibí el coche, tenía alrededor de 300 millas de autonomía, lo que me dio tiempo. Llevé a mi hijo a comprar un burrito, y para mi sorpresa, el Equinox se desbloqueó automáticamente al acercarme con la llave. Algo curioso fue que el coche también se encendía solo al sentarte en el asiento, sin necesidad de presionar ningún botón.
GM ha adoptado el concepto de "computadora sobre ruedas", colocando casi todos los controles en una pantalla táctil grande. Conectar mi teléfono fue un poco confuso, pero finalmente pude hacerlo. La experiencia de navegación con Google Maps fue significativamente mejor que la de mi Toyota, aunque no pude conectar Apple CarPlay de forma inalámbrica; parecía que solo se podía usar Google.
Al comenzar a manejar, noté que el Equinox tenía bastante potencia y podía subir colinas empinadas sin problemas. La aceleración en la autopista fue instantánea, recordándome de nuevo al Tesla por su capacidad de respuesta. Sin embargo, había detalles menores en el diseño que me resultaron poco intuitivos, como la necesidad de usar la pantalla para apagar los faros.
Cuando llegó el momento de cargar el coche, descubrí que no era tan simple como esperaba. Tuve que buscar el puerto de carga, escanear un código QR, y descargar una aplicación. Esto contrastó con la rapidez de una gasolinera, aunque el coste fue cero durante la semana. Mi rutina de carga funcionó bien hasta que una mañana los cargadores estaban ocupados y encontré dificultades para conectar el coche.
Este problema evidenció la realidad de depender de partners para funciones cruciales, lo que me hizo reflexionar sobre la estrategia de Tesla de desarrollar su propia red de Supercargadores. GM está avanzando hacia el futuro con tecnología eléctrica, pero todavía produce una gran cantidad de coches a gasolina.
Finalmente, aunque el Equinox me mostró que GM es un competidor serio en el mercado de los vehículos eléctricos, también reafirmé que todavía no estoy listo para dar el paso hacia un EV. A veces, solo quiero conducir sin complicaciones y disfrutar del camino.