Microsoft seguirá adelante a pesar del principal desafío de Windows 11.
Microsoft ha confirmado que no disminuirá los requisitos de hardware mínimos para Windows 11, lo que ratifica la importancia de contar con un Módulo de Plataforma Segura.
Microsoft ha dejado claro que no planea relajar los requisitos mínimos de hardware para su sistema operativo Windows 11, reafirmando la necesidad de contar con un Módulo de Plataforma Segura (TPM) 2.0 y una CPU compatible. Esta medida implica que muchas computadoras más antiguas no podrán disfrutar de la actualización a este nuevo sistema operativo. La compañía sostiene que estos estándares son esenciales para garantizar tanto la seguridad como el rendimiento del sistema.
Recientemente, Microsoft publicó un artículo en su blog titulado "TPM 2.0: una necesidad para un Windows 11 seguro y preparado para el futuro", donde reitera su compromiso de mantener los estrictos requisitos de hardware. El TPM 2.0 es una tecnología de seguridad que protege la información sensible y asegura el correcto arranque del sistema operativo. La empresa subraya que estas medidas son imprescindibles en un contexto donde las amenazas cibernéticas son cada vez más comunes.
Los requisitos mínimos estipulan una lista específica de CPU aprobadas, comenzando desde los procesadores AMD Ryzen de segunda generación y los Intel de octava generación, los cuales incluyen características de seguridad mejoradas y optimización en el rendimiento. Desde el lanzamiento de Windows 11, estos requisitos han generado un intenso debate entre los usuarios, quienes afirman que su hardware más antiguo es todavía capaz de ejecutar el sistema operativo. A pesar de esto, Microsoft se mantiene firme en su decisión, asegurando que cumplir con estas normas les permite concentrarse en el desarrollo de características adaptadas a tecnologías más modernas, mejorar la seguridad y proporcionar un rendimiento superior.
Algunos usuarios con dispositivos no compatibles han intentado encontrar formas no oficiales de eludir los requisitos para instalar Windows 11. Sin embargo, Microsoft desaconseja estas prácticas, indicando que las instalaciones alternativas pueden carecer de actualizaciones necesarias, como parches de seguridad, lo que podría resultar en experiencias inestables.
Mirando hacia el futuro, Microsoft ha señalado que se implementarán requisitos de hardware similares para las próximas versiones de Windows, estableciendo así a TPM 2.0 como un estándar para los sistemas operativos venideros. Esto refuerza la iniciativa de la compañía por crear un entorno digital más seguro, mientras se plantean interrogantes sobre cuántos usuarios podrían quedar rezagados. Aunque Microsoft ha extendido el soporte para Windows 10 hasta octubre de 2025, aquellos con hardware más antiguo cuentan con un tiempo limitado para considerar actualizaciones o nuevos dispositivos. Pese a las críticas, la posición de Microsoft reafirma su dedicación a modernizar Windows, alineándose con las demandas cambiantes en términos de tecnología y seguridad.