
Cómo establecer una colaboración efectiva entre el CFO y el CIO en la actualidad.
Cómo CIOs y CFOs pueden fomentar una colaboración efectiva.
A medida que las funciones financieras han evolucionado hacia una mayor automatización, la colaboración entre el CIO y el CFO se ha intensificado más que nunca. No obstante, esta colaboración a menudo enfrenta tensiones. Por un lado, un CFO que se centra en márgenes y control de costos puede percibir las inversiones en tecnología como un lujo en lugar de una necesidad. Por el otro, un CIO que prioriza la innovación sin considerar los aspectos financieros puede alienar a los equipos de Finanzas y Administrativos.
Esta fricción se origina en la desalineación de prioridades; mientras que el CIO ve la tecnología como un habilitador estratégico del crecimiento, la perspectiva del CFO está frecuentemente influenciada por resultados financieros inmediatos. Si este desacuerdo no se aborda, puede resultar en ineficiencias, oportunidades perdidas y una ruptura en la alineación en las altas esferas de la empresa. Por lo tanto, ambos roles deben encontrar un terreno común, reconociendo el valor del otro y creando una visión compartida que alinee sus equipos y fomente una asociación productiva.
Lograr un equilibrio entre la reducción de costos y la innovación requiere un cambio de mentalidad. No se trata de que un enfoque supere al otro, sino de encontrar una armonía entre los dos. Por ejemplo, los CIO pueden presentar las inversiones en tecnología en términos que resuenen con los CFO: ahorros de costos, eficiencias operativas y un retorno sobre la inversión medible. A su vez, los CFO deben adoptar una perspectiva de futuro, reconociendo que la innovación a menudo requiere una inversión inicial para ofrecer valor a largo plazo.
Es fundamental tomar pasos prácticos para cerrar esta brecha. Realizar talleres o sesiones de estrategia conjuntas en las que ambos ejecutivos evalúen los planes tecnológicos desde una perspectiva compartida, considerando tanto la viabilidad financiera como el potencial empresarial, puede fomentar la alineación. Además, dividir proyectos de gran escala en fases más pequeñas con hitos medibles permite a ambas partes observar avances tangibles sin comprometer en exceso sus recursos.
Los líderes empresariales deben rehacer el concepto de tecnología como un facilitador de la disciplina financiera, en lugar de un gasto. Por ejemplo, las herramientas de automatización en Finanzas y Administración pueden reducir la carga manual mientras mejoran la precisión y la auditabilidad, generando beneficios palpables tanto en el área del CFO como en los equipos de TI.
Una sólida asociación entre CIO y CFO se sustenta en tres elementos clave: comunicación, confianza y responsabilidad compartida. Una comunicación regular y transparente garantiza que ambos líderes estén alineados en cuanto a prioridades, riesgos y objetivos. Esto demanda un cambio de la toma de decisiones aislada hacia un enfoque colaborativo. Construir la confianza lleva tiempo pero resulta fructífero, ya que los CIO pueden demostrar su credibilidad presentando casos claros y respaldados por datos para justificación de inversiones tecnológicas. Por su parte, los CFO deben reconocer y celebrar las implementaciones tecnológicas exitosas, reafirmando así su valor.
Asimismo, la responsabilidad compartida es crucial. Ambos líderes deben considerar las inversiones tecnológicas como una responsabilidad conjunta en lugar de una iniciativa exclusiva del departamento de TI. Esto implica que los incentivos y los indicadores clave de desempeño (KPI) deben estar lo más alineados posible. Por ejemplo, medir el éxito de una iniciativa de transformación digital basándose únicamente en el ahorro de costos podría pasar por alto beneficios más amplios como la mejora de la experiencia del cliente o la escalabilidad mejorada. Co-propietando las métricas de éxito, ambas áreas pueden trabajar hacia objetivos comunes.
Cuando el CIO y el CFO funcionan de manera armoniosa, el impacto se extiende a toda la organización. Una unión fuerte envía un mensaje poderoso a otros departamentos, asegurando así una cultura de colaboración y propósito compartido. Por ejemplo, un CFO que apoya públicamente una iniciativa impulsada por IT fomenta la aceptación en toda la compañía, mientras que un CIO que constantemente aporta valor asegura que TI sea visto como un socio estratégico en lugar de un centro de altos costos. Juntos, pueden impulsar transformaciones a nivel empresarial, uniendo las oficinas del CIO y el CFO para hacer la organización más ágil, competitiva y resiliente.
La asociación entre CIOs y CFOs seguirá creciendo en importancia a medida que las empresas enfrenten de manera continua la incertidumbre económica, la disrupción tecnológica y las demandas cambiantes del mercado. Para tener éxito, ambos roles deben evolucionar; los CFO deben convertirse en defensores de la innovación estratégica más allá de las finanzas tradicionales, y los CIO deben profundizar su comprensión de los principios financieros. El objetivo es el mismo: impulsar un crecimiento sostenible mediante el fomento del respeto mutuo, el mantenimiento de una comunicación abierta y la alineación en objetivos compartidos. Es crucial que CIOs y CFOs transformen su relación de un posible campo de batalla a una que aspire al éxito conjunto en la cúpula de la empresa. La colaboración ya no es un lujo; se ha convertido en una necesidad para prosperar en los negocios.