
Cómo el 'gaming acogedor' está popularizando la atención plena
Juegos con un enfoque meditativo como 'Stardew Valley' y 'Animal Crossing' están contribuyendo a que una generación de jugadores desarrolle hábitos positivos.
En un pequeño y pixelado pueblo llamado Pelican Town, los jugadores asumen el rol de un humano que heredó la granja de su abuelo. En este entorno, la vida gira en torno al trabajo en la tierra, la mejora de la aldea y la construcción de conexiones significativas con los demás habitantes. Esta simplicidad rural es la esencia de Stardew Valley, un juego de simulación agrícola lanzado en 2016 que transformó la recolección de nabos en una actividad comunitaria enriquecedora. Casi una década después, el juego ha superado los 41 millones de copias vendidas, estableciéndose como el principal referente de un género en expansión conocido como "cozy games".
Mary Kish, responsable de la comunidad en Twitch, fue una de las primeras en revisar Stardew Valley tras su lanzamiento. En su análisis, Kish destacó cómo las actividades meditativas del juego suelen provocar reflexiones personales en la vida real, describiéndolo como una experiencia que estimula tanto la curiosidad como el corazón. Según Kish, el juego ha impactado a toda una generación que comienza a rechazar juegos más agresivos. "Jugar Stardew Valley me hizo sentir que el tiempo se detenía", dice, añadiendo que experimentó sueños agradables relacionados con el juego.
La popularidad de los cozy games ha aumentado significativamente, especialmente durante la pandemia, convirtiéndose en un refugio para muchos frente a la ansiedad y la depresión. Estos juegos suelen ser de baja estimulación y se centran en la estética "linda" o "suave", además de priorizar el disfrute sobre la competencia.
El profesor Kurt Squire, experto en informática, afirma que jugar de manera genuina es beneficioso y restaurador. La investigación respalda la idea de que los juegos pueden inducir estados de atención plena, lo que ha llevado a más creadores a diseñar juegos específicamente para la meditación. Por ejemplo, estudios han demostrado que ciertos juegos pueden ayudar a los jóvenes a concentrarse y minimizar distracciones, fomentando respuestas emocionales positivas y prácticas de mindfulness.
Además, las mecánicas de un juego son vitales para su capacidad de relajar a los jugadores. Un juego puede tener arte y música hermosos, pero si la jugabilidad es frustrante, no tendrá el efecto calmante que se busca. Los estudios clínicos también han mostrado que ciertos juegos pueden reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
Los cozy games han evolucionado en sus hábitos digitales, ya que comunidades emergentes en plataformas como TikTok no solo disfrutan de estos juegos, sino que también crean entornos de apoyo. Streamers que transmiten juegos de estética acogedora añaden elementos como ASMR para crear una experiencia aún más reconfortante. Muchos, como Kennedy, han encontrado en estos juegos una forma de manejar el estrés y la salud mental, destacando la importancia de reconocer las propias emociones.
Aunque los grandes desarrolladores de videojuegos han comenzado a comercializar cozy games, la comunidad todavía se mantiene mayoritariamente libre de conflictos. Este fenómeno es notable en una industria a menudo crítica y arisca. Las interacciones dentro de estas comunidades pueden proporcionar un espacio seguro para jugadores de diversos orígenes.
La búsqueda de experiencias compartidas entre los jugadores también se ha intensificado en Twitch, convirtiendo la visualización de transmisiones en una forma de conexión social. La investigación sugiere que ver a otros jugadores puede tener efectos similares a jugar, proporcionando una oportunidad para aprender y procesar errores.
En este entorno digital donde los jóvenes buscan socialización, los juegos que fomentan el aprendizaje social y emocional se vuelven esenciales. Establecer una rutina de auto-reflexión, incluso por breves momentos al día, puede ser clave para mantener una buena salud mental. La comunidad de cozy gaming, en definitiva, refleja una tendencia hacia el bienestar emocional y la conexión entre personas.