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Apple inicia un amplio estudio de salud para contribuir al desarrollo de futuras funciones.

Puede que las innovaciones tarden un tiempo en ser lanzadas.

Apple ha anunciado el lanzamiento de un nuevo estudio de investigación denominado Apple Health Study, el cual presenta una novedad con respecto a sus iniciativas anteriores en este ámbito: no se centra en un área de salud específica. En lugar de eso, el estudio recopilará información de dispositivos como iPhones, Apple Watches y AirPods, con el objetivo de descubrir nuevas conexiones entre diferentes aspectos de la salud, tanto física como mental.

Desde la perspectiva de la investigación, esta iniciativa es prometedora. Sin embargo, para los entusiastas de la tecnología, Apple ha demostrado que puede entregar características valiosas basadas en sus estudios de salud previos. Por ejemplo, la función de prueba de audición en los AirPods fue desarrollada a partir de los datos obtenidos en el Apple Hearing Study. Sumbul Desai, vicepresidenta de salud de Apple, mencionó que utilizan estos estudios no solo para aprender, sino también para guiar sus decisiones sobre futuras funcionalidades a incluir en su hoja de ruta de productos, eligiendo cuidadosamente aquellas que están respaldadas por evidencia científica.

Este estudio virtual estará disponible a través de la aplicación Research y se realizará en colaboración con el Brigham and Women’s Hospital, una institución afiliada a la Harvard Medical School. Los participantes que se unan al estudio no solo aportarán sus datos, sino que también responderán a encuestas periódicas sobre su vida cotidiana y hábitos. Los temas que se abordarán abarcan desde la actividad física, el envejecimiento y la salud cardiovascular hasta la salud metabólica, la movilidad y la calidad del sueño. Inicialmente, el estudio está proyectado para durar aproximadamente cinco años, con la posibilidad de ser prolongado.

Aunque los objetivos pueden parecer vagos, esto se debe en parte a que el alcance y la magnitud del estudio son considerablemente mayores que los de las investigaciones clínicas tradicionales. Por ejemplo, el Apple Heart Study acumuló la participación de 400,000 personas, en comparación con los estudios convencionales que generalmente cuentan con muestras más reducidas, que rara vez superan los miles de participantes. Menos estudios aún logran un seguimiento a largo plazo. Ampliar el enfoque y la escala podría revelar conexiones que antes no se habían identificado.

Calum MacRae, cardiólogo y profesor de medicina en Harvard, quien actúa como investigador principal en el Apple Health Study, anticipa que es probable que se descubran señales que previamente se habían pasado por alto debido a la falta de estudios tan amplios y continuos. A diferencia de la investigación tradicional, que suele seguir un enfoque rígido desde el inicio, la vasta y diversa población de usuarios de productos Apple permitirá una aceleración en el descubrimiento y progreso científico.

MacRae también señala que la escala extensa del estudio podría ayudar a los investigadores a identificar y llenar vacíos informativos. Los estudios clínicos convencionales a menudo tienen poblaciones de participantes limitadas, lo que puede llevar a hallazgos sesgados. Un ejemplo de esto es la insuficiente inclusión de mujeres en ensayos clínicos entre 1977 y 1993, lo que dejó un vacío importante en el conocimiento sobre la salud femenina. Con el enfoque del Apple Health Study, se espera que ciertas dinámicas, como el impacto de los husos horarios en el sueño, sean exploradas.

Una de las esperanzas es que este estudio permita desarrollar funciones más proactivas, como identificar cambios tempranos en la audición para reducir el riesgo de deterioro cognitivo en el futuro. Desai también reforzó que las nuevas características podrían no limitarse al hardware, mencionando modos de enfoque como una forma de software que podría considerarse relacionada con la salud.

Finalmente, Desai aclara que pasará un tiempo antes de ver resultados tangibles del Apple Health Study, ya que el desarrollo de productos puede llevar de dos a tres años, con ejemplos anteriores que tomaron hasta cinco años para implementarse. Ella afirma que, aunque los resultados no aparecerán de inmediato, el pipeline de desarrollos será robusto en el futuro.