Cover Image for Hace 40 años, Apple dejó su huella en la historia de la autoedición en computadoras.

Hace 40 años, Apple dejó su huella en la historia de la autoedición en computadoras.

El LaserWriter de Apple dio inicio a la revolución de la edición en escritorio al establecer el WYSIWYG como un nuevo estándar que hoy en día consideramos habitual.

Apple presentó la impresora LaserWriter en marzo de 1985, marcando un hito en la historia de la impresión. Esta impresora, junto a una computadora Macintosh, la tecnología Adobe Postscript y el software Aldus PageMaker, puso en marcha la publicación de escritorio. Antes de su llegada, Apple ofrecía el ImageWriter, una impresora de matriz de puntos que contaba con limitaciones en velocidad y resolución. La inclusión de una impresora láser cambió las reglas del juego, permitiendo por primera vez que el diseño y la impresión profesional se pudieran realizar desde un sistema informático compacto, ideal para un escritorio.

Uno de los avances más destacados de la LaserWriter fue la implementación del diseño WYSIWYG (What You See Is What You Get). Este concepto se convirtió pronto en el estándar para la publicación digital, garantizando que un documento se viera igual en pantalla que en papel, algo que no siempre fue así.

Es importante mencionar que, aunque Apple fue el pionero en este ámbito, la idea de un sistema revolucionario como el LaserWriter ya había sido concebida por investigadores de Xerox en el Palo Alto Research Center. La Xerox Star, una solución empresarial, tenía similitudes con las computadoras Lisa y Macintosh de Apple, al contar con una interfaz gráfica de usuario que era fácil de usar gracias a un ratón.

El precio de la LaserWriter era elevado en comparación con las impresoras más avanzadas de 2025, costando alrededor de $7,000. Sin embargo, resultaba una opción más accesible que muchas de sus competidoras. Esta impresora era capaz de imprimir ocho páginas por minuto a una resolución de 300 dpi, lo suficiente para ofrecer un texto y gráficos nítidos. Para lograr esta calidad, Apple dotó a la LaserWriter de un potente procesador, el mismo Motorola 68000 que se utilizaba en la Macintosh. Esto permitía el uso del software Adobe Postscript, optimizando la calidad y acelerando el proceso de impresión.

Hoy en día, las impresoras láser de color de alta gama producen documentos con resoluciones de hasta 1,200 dpi y velocidades de impresión de 35 páginas por minuto, superando ampliamente a la LaserWriter. A pesar de ello, el legado de Apple en la historia de la publicación de escritorio se mantiene gracias a esta innovadora impresora.