Cover Image for Un objeto espacial en alta velocidad activó una alerta, pero no era un asteroide.

Un objeto espacial en alta velocidad activó una alerta, pero no era un asteroide.

Acercándose rápidamente a la Tierra.

Varios telescopios están en constante vigilancia del cielo en busca de objetos que puedan representar un peligro. Recientemente, la Agencia Espacial Europea (ESA) informó que el 6 de julio, sus sistemas automatizados detectaron un objeto acercándose a la Tierra en una trayectoria cercana a la Luna. El objeto, que se estimaba tenía alrededor de 50 metros de diámetro, generó una alerta, pero afortunadamente no se trataba de un asteroide.

Las observaciones continuas realizadas por diferentes centros, incluido el sistema de advertencia de impactos de asteroides financiado por NASA, permiten identificar nuevos objetos y evaluar si su trayectoria presenta un riesgo. Posteriormente, se determinó que el objeto en cuestión era la sonda Juice, acrónimo de Jupiter Icy Moons Explorer, que se dirige hacia el sistema solar exterior. Esta sonda estaba realizando un sobrevuelo por la Tierra y la Luna para aprovechar nuestra gravedad y ganar velocidad.

La sonda Juice, aunque no mide 50 metros de ancho como se pensó inicialmente, tiene alas solares que se extienden 27 metros, un tamaño considerable para una sonda de exploración espacial. Su apariencia brillante se debe a los paneles solares reflectantes, lo que llevó al sistema automatizado a subestimar su tamaño.

La vigilancia del espacio es crucial, ya que permite preparar acciones de mitigación en caso de que un objeto se dirija hacia la Tierra. Según Eric Christensen, director del Catalina Sky Survey, es vital conocer el momento y la magnitud de un posible impacto. Aunque algunos asteroides atraviesan nuestro sistema solar, actualmente no se han identificado amenazas inminentes. La ESA confirmó que, en al menos los próximos 100 años, no hay asteroides conocidos en curso de colisión con nuestro planeta.

Existen riesgos asociados a los impactos de asteroides pequeños y grandes. Cada día, aproximadamente 100 toneladas de partículas del tamaño de arena entran en la atmósfera terrestre, desintegrándose al instante. De manera promedio, cada año un asteroide del tamaño de un automóvil atraviesa y explota en nuestra atmósfera. Los impactos de objetos de alrededor de 140 metros de ancho ocurren cada 10,000 a 20,000 años, mientras que eventos que podrían causar extinciones masivas, como los que eliminaron a los dinosaurios, tienen una frecuencia de uno cada 100 millones de años.

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