Cover Image for Signal va más allá de la mensajería encriptada. Bajo el liderazgo de Meredith Whittaker, busca demostrar que el capitalismo de vigilancia está equivocado.

Signal va más allá de la mensajería encriptada. Bajo el liderazgo de Meredith Whittaker, busca demostrar que el capitalismo de vigilancia está equivocado.

En su décimo aniversario, el presidente de Signal desea recordarte que esta plataforma de comunicación, considerada la más segura del mundo, es una organización sin fines de lucro. Es completamente gratuita, no realiza seguimiento de sus usuarios ni muestra anuncios. Además, ofrece excelentes salarios a sus ingenieros y es la aplicación preferida de cientos de millones de personas.

Hace diez años, se publicó un artículo sobre la fusión de dos aplicaciones de cifrado poco conocidas llamados RedPhone y TextSecure, que finalmente dieron origen a Signal. Desde aquel mes de julio de 2014, Signal ha evolucionado de ser una curiosidad cypherpunk, desarrollada por un programador anarquista y un pequeño equipo en San Francisco, a convertirse en un fenómeno de comunicación encriptada utilizado por cientos de millones de personas en todo el mundo. Esto incluye figuras destacadas como Drake, quien mencionó la aplicación en una de sus canciones de 2022.

Signal ha alcanzado tal popularidad que su protocolo de cifrado es utilizado en otras plataformas, como WhatsApp. A pesar de que su historia de origen podría considerarse un cliché de startups, lo cierto es que Signal adopta un enfoque radicalmente diferente al modelo típico de Silicon Valley. Como una organización sin fines de lucro, nunca ha aceptado inversiones, ofrece su producto de manera gratuita, no publica anuncios y prácticamente no recopila información sobre sus usuarios. Este enfoque le ha permitido competir de manera efectiva con gigantes tecnológicos.

En la última década, Meredith Whittaker ha sido una figura clave en esta organización. Desde 2022, ella ocupa el puesto de presidenta de Signal, convirtiéndose en una de las críticas más visibles del sector tecnológico. Anteriormente trabajó en Google, donde lideró protestas contra prácticas discriminatorias y militares. Fundadora del AI Now Institute, Whittaker ha defendido la idea de que la inteligencia artificial y la vigilancia están intrínsecamente relacionadas. Su objetivo al tomar las riendas de Signal ha sido asegurar una financiación sostenible a largo plazo sin comprometer la privacidad ni las interacciones corporativas.

Durante un encuentro reciente en Nueva York, Whittaker habló sobre su trayectoria personal desde una gestora en Google hasta su actual posición, y también sobre la evolución de Signal. A pesar de sus diferencias con cofundadores como Moxie Marlinspike y Brian Acton, mantiene un análisis claro sobre las amenazas del capitalismo de la vigilancia.

En la conversación, Whittaker expresó la importancia de contar su propia historia en lugar de permitir que otros lo hagan. En relación con el panorama actual, señaló que Signal se ha convertido en una infraestructura crítica para diversas comunidades, incluyendo militares y periodistas. Por eso, considera vital que la organización esté presente en el discurso público.

Refiriéndose a su trabajo en Europa, Whittaker comentó que la organización está buscando expandir su presencia en la Unión Europea y establecer conexiones con socios locales, lo que refleja una flexibilidad necesaria ante un entorno geopolítico cambiante. También discutió el impacto de las elecciones en EE. UU. y cómo estas pueden influir en la percepción y el crecimiento de Signal, indicando que ha habido un aumento en el interés por la privacidad en momentos de inestabilidad política.

Por otro lado, abordó las críticas que ha recibido Signal por su aumento en popularidad, enfatizando que el enfoque de la aplicación en la privacidad la distingue de alternativas como Telegram, que cuenta con un modelo de comunicación social diferente. Whittaker considera que la mayoría de las afirmaciones negativas sobre Signal provienen de un pequeño grupo de investigadores de seguridad, y subrayó la importancia de la comunicación segura para las comunidades vulnerables en el mundo.

En el transcurso de la conversación, también se hizo mención de los desafíos que enfrenta Signal como una organización sin fines de lucro, en particular, la necesidad de sostener su modelo sin depender del negocio de la vigilancia que explota datos de usuarios. A pesar de los retos, Whittaker confía en que Signal puede crecer y servir como un modelo para un ecosistema tecnológico alternativo y sostenible en el futuro.

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