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¿Puede la red eléctrica soportar los vehículos eléctricos? Desmitificando una creencia común.

La carga de vehículos eléctricos representará una presión adicional sobre la red eléctrica, pero ¿es correcto afirmar que esta no podrá soportar la demanda de los EV? Consultamos a especialistas para obtener su perspectiva.

Los vehículos eléctricos están experimentando una rápida transformación, ofreciendo hoy en día una amplia gama de opciones de alta calidad, en contraste con la escasez y la baja calidad de hace algunos años. Se espera que en la próxima década, la situación mejore aún más en términos de calidad y costos.

Sin embargo, existe una percepción común de que la red eléctrica no podrá soportar la electrificación de los automóviles. Esta creencia, a menudo promovida por la industria de los combustibles fósiles, parece más un temor a una reducción en sus ganancias que una realidad fundamentada. La verdad es que la red eléctrica sí puede adaptarse para manejar la electrificación vehicular, siempre que se implementen las medidas adecuadas.

Los vehículos eléctricos requieren cantidades significativas de energía. Actualmente, se estima que hay alrededor de 1.7 millones de EVs en las carreteras de EE.UU., cifra que podría alcanzar los 26.4 millones para el año 2030. Esta expansión conllevaría un aumento considerable en la demanda eléctrica. Un estudio indica que un conductor estadounidense promedio recorre 13,500 millas anuales, y un EV necesita aproximadamente 3,857 kilovatios-hora de electricidad por año. De seguir esta tendencia, se prevé que los 26.4 millones de vehículos eléctricos consumirían cerca de 102 teravatios-hora anuales, lo que representaría un 2.5% de la producción total de electricidad de la red en 2020.

A pesar de estas cifras, la red actual puede soportar el número de EVs ya en circulación, especialmente porque muchos de sus propietarios cargan sus vehículos en casa durante la noche. De acuerdo a Patrick Sullivan, CEO de EV Realty, esto se debe a que el sistema de carga hogareño promedio utiliza solo alrededor de 11.81 kWh por día, lo que reduce la presión sobre la red.

La cuestión de la red eléctrica va más allá de los vehículos eléctricos. Aunque contribuyen a la creciente demanda, otras tecnologías, como la inteligencia artificial, también requieren grandes cantidades de energía. Se prevé que las necesidades de energía del sector de IA alcancen hasta 800 TWh en 2026, casi ocho veces más que las proyecciones de los EVs para 2030.

Además, cada vez más personas optan por sistemas solares en sus hogares, lo que podría facilitar que carguen sus EVs sin depender de la red, disminuyendo así el impacto en esta. Sin embargo, la capacidad de la red para adaptarse dependerá de diversos factores. Steve Christensen, director ejecutivo de la Responsible Battery Coalition, señala que ya se están viendo incrementos en la demanda, impulsados no solo por los EVs, sino también por centros de datos y la minería de criptomonedas.

Para fortalecer la infraestructura eléctrica, se requieren diversas acciones, desde identificar mejoras necesarias en la red hasta promover inversiones por parte de los reguladores estatales y permitir la emisión de bonos gubernamentales para financiar estas mejoras.

Tecnologías más inteligentes de carga y gestión de la red pueden optimizar el uso de electricidad. Actualmente, existen cargadores de EV que pueden programarse para cargar en horarios de menor consumo y costo, minimizando la presión en horas pico.

Por otro lado, los vehículos eléctricos también pueden funcionar como soluciones de almacenamiento energético. Al estar inactivos, pueden actuar como grandes baterías. Si los propietarios configuran su vehículo para compartir energía con la red o con su hogar, esto podría aliviar las demandas sobre la red. Sin embargo, esto necesitaría ajustes en la infraestructura existente, ya que los EVs actualmente no están diseñados para suministrar energía de retorno a la red.

En conclusión, la capacidad de la red eléctrica para gestionar la carga de vehículos eléctricos es viable, siempre que se apliquen las mejoras necesarias y se implementen soluciones efectivas. Con los enfoques correctos, no hay motivo para creer que la red se verá colapsada debido a la creciente popularidad de los vehículos eléctricos.

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