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Mark Zuckerberg afirma que ha dejado de disculparse.

El estadio de los Golden State Warriors estuvo lleno el pasado martes, aunque no fue para ver a Steph Curry. Miles de aficionados se reunieron en el Chase.

El Chase Center, hogar de los Golden State Warriors, se llenó de aficionados el pasado martes, aunque en esta ocasión no fue para ver a Steph Curry. Miles de personas se dieron cita en el recinto de San Francisco para presenciar una conversación entre Mark Zuckerberg, CEO de Meta, y los anfitriones del pódcast Acquired, David Rosenthal y Ben Gilbert. Al comenzar su intervención, Zuckerberg hizo una broma sobre la necesidad de programar una próxima aparición para disculparse por lo que estaba a punto de decir, pero rápidamente aclaró que solo bromeaba y que había dejado atrás los tiempos de disculpas.

Recientemente, Zuckerberg ha estado experimentando una especie de rebranding personal. Ahora se dedica a la cría de ganado en Hawái, luce una larga melena rizada y un collar dorado, y encarga estatuas al estilo romano de su esposa. En el escenario, se presentó con una camiseta diseñada junto al modisto Mike Amiri, en la que estaba escrito "aprender a través del sufrimiento" en letras griegas.

La mención a las disculpas fue un guiño a Jensen Huang, CEO de Nvidia, quien también había comentado un error realizado en el pódcast Acquired anteriormente, en un video pregrabado que se mostró al público. Huang aclaró que su comentario inicial había sido sacado de contexto y que, contrariamente a lo que insinuó, volvería a fundar Nvidia sin dudar.

Zuckerberg, quien ha tenido que hacer frente a numerosas críticas y disculpas relacionadas con la moderación de contenido en Facebook, reflexionó sobre sus errores más significativos, señalando uno que consideró como un "error político" de 20 años. Se mostró crítico con las afirmaciones que atribuían al gigante de las redes sociales problemas que caían fuera de su control, sugiriendo que existían personas que simplemente buscaban a quién culpar en lugar de identificar problemas genuinos.

Sus comentarios parecían aludir a las críticas que surgieron tras la victoria de Donald Trump en 2016, cuando la firma Cambridge Analytica utilizó datos de usuarios de Facebook para influir en las elecciones, lo que a la postre resultó en un prolongado periodo de escándalos para la empresa y en la necesidad de que Zuckerberg compareciera ante el Congreso.

A lo largo del tiempo, Zuckerberg admitió que había externalizado demasiado la responsabilidad de ciertos problemas, aunque ahora afirmaba haber encontrado un mejor enfoque ante cuestiones políticas. En agosto, el CEO de Meta envió una carta a los republicanos de la Cámara, disculpándose por haber censurado información errónea sobre COVID-19 bajo presión del gobierno anterior. Afirmó que, de enfrentar una situación similar en el futuro, se resistiría más.

En el entorno de las plataformas de Meta, se han eliminado todas las restricciones especiales impuestas a las cuentas de Donald Trump, que habían sido colocadas tras la insurrección del 6 de enero de 2021, lo que permite que sus cuentas regresen a la actividad plena de cara a las elecciones de 2024. Aunque no se inclinó a respaldar a un candidato específico, en julio llamó "badass" a Trump por su reacción tras un atentado en su contra.

Zuckerberg expresó su entusiasmo por proyectos que trascienden las redes sociales, describiendo a Meta como una empresa centrada en la "conexión humana". En un giro de conversación, se le preguntó si lamentaba el cambio de nombre de la compañía a Meta, lo cual simboliza su intento de pivotar hacia el metaverso, y su respuesta fue clara: "Meta es un buen nombre".

Pese a su nuevo enfoque, las plataformas de redes sociales de Meta siguen siendo puntos de encuentro para miles de millones de personas a diario, lo que asegura que los problemas de moderación de contenido continuarán surgiendo y requerirán de decisiones cruciales por parte de su CEO.

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