Estafadores utilizan la herramienta de derechos de autor de Meta para extorsionar a influencers de Facebook e Instagram.
Los creadores de contenido ya enfrentan este problema en YouTube, y ahora está comenzando a extenderse a otras plataformas.
Un nuevo fenómeno está afectando a los creadores de contenido en plataformas como Facebook e Instagram, donde los influencers están enfrentando una creciente amenaza de extorsión. Un informe reciente revela que estafadores están utilizando las herramientas de gestión de derechos de autor de Meta para emitir reclamaciones de copyright sobre contenido que no les pertenece. Estos malhechores buscan coaccionar a los creadores, exigiéndoles miles de dólares y, en algunas ocasiones, pagos recurrentes para evitar futuros reclamos fraudulentos.
En especial, se han realizado denuncias de que en el Medio Oriente, los influencers han experimentado cómo su contenido es eliminado debido a reclamaciones de copyright infundadas. Cuando intentan comunicarse con los responsables de la eliminación a través del sistema de Meta, los estafadores admiten que no existe ningún problema de derechos de autor real y luego intentan extorsionarlos. Un influencer iraquí relató que un estafador le ofreció restaurar su contenido por $3,000, además de proponer un pago recurrente de $1,000 al mes o un pago anual de $7,000 para evitar que se sigan realizando estas reclamaciones fraudulentas.
Este tipo de extorsión no es nuevo, pero ha evolucionado. Anteriormente, los estafadores enviaban correos electrónicos de phishing disfrazándose de personal de Meta; ahora, han encontrado formas más sofisticadas de acceder a la herramienta de gestión de derechos, a través de mercados ilegales, lo que les permite realizar verdaderas eliminaciones de contenido. Esto hace que la extorsión sea más efectiva, ya que el creador se ve realmente afectado.
La problemática de las reclamaciones fraudulentas por derechos de autor se ha intensificado en redes sociales. Los creadores a menudo deben lidiar con individuos que roban su contenido y lo monetizan como si fuera propio. A pesar de que las plataformas han implementado herramientas para proteger a los creadores y facilitar la gestión de derechos, los estafadores han encontrado un camino para abusar de estos sistemas, subiendo contenido robado y estableciendo reclamos falsos.
El caso de dos estafadores que lograron robar más de $23 millones a través de reclamaciones falsas en YouTube demuestra lo lucrativo que se ha vuelto este esquema. Con los incentivos en su lugar, es probable que el problema aumente hasta que las plataformas sociales mejoren sus métodos para identificar y eliminar a estos actores fraudulentos de sus sistemas de gestión de derechos.
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