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El NotePin de Plaude es un excelente grabador de voz con inteligencia artificial, pero su futuro es incierto.

Otro punto a favor de aquellos que argumentan que "tu dispositivo de IA no es más que tu teléfono".

En un año donde han predominado fracasos notorios en el ámbito tecnológico y propuestas vacías relacionadas con la inteligencia artificial, ha surgido un dispositivo que cumple con lo que promete: el NotePin. Este grabador de voz, con un diseño en forma de píldora y un precio de $169, es capaz de transcribir, resumir y extraer información relevante de grabaciones de audio, destacando sobre otros sistemas de inteligencia artificial actuales.

El NotePin combina tecnologías avanzadas, desde micrófonos diminutos hasta transcripción de voz a texto y procesamiento de lenguaje natural. Sin embargo, a pesar de su funcionalidad, hay una razón por la cual podría no ser una compra recomendable. Con el lanzamiento de sistemas operativos como iOS 18 y macOS Sequoia, ya se ofrecen transcripciones y resúmenes integrados en aplicaciones como Voice Memos. Además, la aplicación Pixel Recorder de Google también proporciona características similares, lo que plantea la cuestión de si realmente se necesita un grabador de voz dedicado.

Este debate sobre la utilidad de los dispositivos de IA está presente en toda la industria. Plaud, el fabricante del NotePin, argumenta a favor de un hardware específico, resaltando la facilidad de uso como su principal atractivo. El NotePin incluye accesorios como un cordón trenzado para llevarlo al cuello, una pulsera para usarlo como un Fitbit y un clip para colocarlo en diferentes lugares.

Durante las pruebas con el NotePin, tuve la oportunidad de usarlo mientras conducía, caminaba al perro o resumía llamadas. La facilidad de acceder al dispositivo y grabar sin necesidad de sacar el teléfono es notable. El micrófono del NotePin es adecuado, produciendo grabaciones lo suficientemente buenas para transcripciones precisas. Su batería tiene una duración estimada de 18 horas en grabación y 30 días en espera, aunque el cargador magnético puede ser un poco problemático, ya que es fácil de perder.

A pesar de su buena capacidad para transcribir y resumir, el dispositivo enfrenta un gran obstáculo: la utilidad limitada en la gestión post-grabación. Tras realizar grabaciones, es necesario importarlas a la aplicación Plaud, donde la transcripción y el resumen requieren pasos manuales que pueden resultar tediosos. Aunque ofrece 300 minutos de transcripción mensual de forma gratuita, la necesidad de interacción constante con el dispositivo puede hacer que su uso resulte menos atractivo.

El procesamiento de las grabaciones en la app se limita a mantenerlas en un orden cronológico inverso, sin integrarse eficientemente con otras aplicaciones del usuario. Por ejemplo, un recordatorio para comprar retinol solo se titula como tal sin alertar al usuario, lo que puede ser frustrante. De igual manera, un listado de supermercado no se agrega automáticamente a listas existentes, lo que limita su funcionalidad.

A pesar de las ventajas momentáneas que ofrece el NotePin, es evidente que los teléfonos y relojes inteligentes siguen siendo competidores relevantes en la esfera de asistentes de IA. Aunque quizás requieran un poco más de esfuerzo para acceder, están mejor integrados con el ecosistema digital del usuario. La idea de un grabador de voz asistido por IA es prometedora, pero no representa un giro radical en el mundo de la tecnología.

En el futuro, podría haber avances que permitan una mayor interacción entre asistentes de IA y otras aplicaciones del teléfono, gracias a la apertura de APIs por parte de gigantes como Apple y Google. No obstante, en su forma actual, dispositivos como el Plaud y otros similares aún no satisfacen completamente las necesidades de los usuarios.

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