El gobierno japonés afirma haber erradicado finalmente el hardware antiguo de los discos flexibles
Japón logra eliminar por completo el uso del disquete.
En un hito importante para la modernización, el gobierno de Japón ha eliminado el uso de disquetes en todos sus sistemas. Este logro llega dos o tres décadas después de la época de auge de esta tecnología, y marca un hito crucial en la campaña continua de Japón para digitalizar y optimizar las operaciones gubernamentales.
Para mediados de junio, la Agencia Digital había abolido con éxito 1,034 regulaciones que gobiernan el uso de disquetes, conservando solo una regulación ambiental relacionada con el reciclaje de vehículos. Los disquetes ahora son obsoletos en Japón.
Aunque los disquetes fueron una herramienta icónica utilizada en las primeras computadoras hasta los años 2000, continúan al menos en parte como el símbolo ampliamente reconocido para guardar un documento. A pesar de los avances que han visto la llegada de CD, DVD y USB (hasta cierto punto), abriendo paso a la nube, los disquetes continuaron utilizándose en Japón por sus numerosos beneficios. Conocidos por su confiabilidad y estabilidad, también son menos vulnerables que las soluciones más modernas.
La erradicación de los disquetes sigue a la creación de la Agencia Digital, encargada de crear un marco gubernamental más eficiente y digitalmente competente. Taro Kono, Ministro de Transformación Digital de Japón y jefe de la Agencia, ha estado a la vanguardia de los esfuerzos de digitalización del país desde que asumió el cargo en agosto de 2022.
Hablando con Reuters, Kono declaró: "¡Hemos ganado la guerra de los disquetes el 28 de junio!"
Sin embargo, a pesar de estos avances, el camino de Japón hacia la plena digitalización ha enfrentado numerosos desafíos. El fracaso de una aplicación de rastreo de contactos durante la pandemia y las bajas tasas de adopción de la tarjeta de identificación digital My Number han puesto de manifiesto estos problemas.
No obstante, con Kono al timón, los ambiciosos planes de Japón para desechar sistemas menos eficientes podrían ver el progreso que necesitan.
