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Los próximos vehículos eléctricos de BMW dependen de un discreto dispositivo conocido como ‘Corazón de Alegría’.

El secreto está en una pequeña caja negra.

En noviembre pasado, me subí al asiento trasero de un sedán eléctrico de cuatro puertas, pilotado por el conductor de pruebas y corredor de 24 horas, Jens Klingmann, en el BMW Performance Driving Center de Greer, Carolina del Sur. El ambiente era frío y, bajo los arneses de cinco puntos, la jaula antivuelco y el cuerpo camuflado del vehículo, había un sorprendente compañero de viaje: una diminuta caja negra denominada "Heart of Joy".

El nombre resulta curioso para un conjunto de tecnologías que impulsaron mis emocionantes tres vueltas en un circuito de 1.7 millas. El Heart of Joy representa un futuro intrigante para la marca alemana, que aspira a ser reconocida como la “Máquina de Conducción Definitiva” en esta nueva era de electrificación.

El automóvil en el que viajamos se llama Vision Driving Experience (VDX), un modelo único diseñado específicamente para probar esta mágica caja negra, así como las características futuras de la plataforma Neue Klasse de BMW. El VDX utiliza ventiladores que lo adhieren a la pista para mejorar la tracción a altas velocidades. Dentro del vehículo, el ruido de los ventiladores es tan intenso que apenas se puede escuchar algo más que un rugido mientras giramos en el circuito a velocidades cercanas a las 90 mph, a pesar de que el vehículo es mayormente silencioso.

Con la habilidad de Klingmann al volante, los neumáticos se quejan al acercarse al límite de su agarre. Se nota una reducción en el típico chirrido de los frenos de BMW, ya que la mayor parte del trabajo es realizado por esa pequeña caja negra. El Heart of Joy es una unidad de control electrónico (ECU) que combina las dinámicas de conducción y el control de la cadena cinemática en un solo sistema. Aproximadamente del tamaño de 20 centímetros por lado, esta caja será el módulo de control para los vehículos electrificados de la próxima Neue Klasse que comenzará a lanzarse más adelante este año.

Desarrollado internamente por ingenieros de BMW, este sistema es inusual, dado que la mayoría de los fabricantes suelen integrar múltiples componentes de diferentes proveedores y crear un software que los conecte. Esto ocasiona una homogeneidad en las experiencias de conducción a través de diversas marcas, pues utilizan los mismos proveedores. En cambio, BMW ha desafiado a sus ingenieros a diferenciar sus vehículos eléctricos de la competencia mediante la creación de un sistema computacional único que potencie diversas dinámicas de conducción en su gama de modelos, desde SUV hasta deportivos.

Christian Thalmeer, ingeniero senior de dinámica de conducción de BMW, planteó el dilema de cómo debería manifestarse el placer de conducir en la era de la electrificación. El VDX se destaca por su increíble torque de 13,269 lb-ft y un incremento del 25 por ciento en eficiencia gracias a su sistema integrado de frenos y recuperación de energía. Aunque el fabricante no divulgó todas las especificaciones del vehículo de prueba, revelaron que este nuevo sistema es diez veces más rápido que las ECUs disponibles en el mercado, potenciando el control activo de frenos y estabilidad.

El sistema puede emplear el frenado regenerativo para detener el vehículo completamente sin que el conductor tenga que tocar el pedal, lo que conlleva una mayor estabilidad al límite, ya que puede frenar cada rueda individualmente, mejorando el agarre y logrando una recuperación un 60 por ciento más eficiente. Al ser un único sistema de computación el que gestiona desde la dinámica de conducción hasta la potencia de cada rueda, también se reduce la latencia en la respuesta del vehículo y se minimiza el desgaste en frenos y neumáticos.

Thalmeer mencionó que este nuevo sistema puede redistribuir la potencia y la desaceleración entre el eje delantero y trasero, así como entre cada rueda, para maximizar la recuperación y estabilidad del vehículo, un proceso que él describe como la “alegría de detenerse”.

El desarrollador Heart of Joy fue concebido en un período de tres años y ha sido sometido a más de 7,500 horas de prueba por ingenieros y conductores de carreras. El objetivo es que los futuros BMW sigan manteniendo el carácter distintivo de la marca y no se asemejen a otros vehículos en el mercado que utilizan modelos más convencionales. La creación de una única computadora también facilita las actualizaciones por aire. Aunque BMW ha realizado desarrollos internos en el pasado, este enfoque es particularmente singular en un sector que depende de proveedores externos para componentes cruciales.

El CTO de BMW, Frank Weber, recordó que las dificultades enfrentadas hace 25 años para el lanzamiento de la serie 7 llevaron a la automotriz a desarrollar procesos robustos para tecnologías digitales avanzadas. La integración de parte de la producción interna permite a BMW minimizar algunos de los riesgos asociados a una cadena de suministro global que se ha vuelto cada vez más complicada.

Si la breve, pero emocionante experiencia que tuve en el VDX es un indicador, el Heart of Joy subraya las raíces de BMW como “Máquina de Conducción Definitiva” y promete un futuro de conducción eléctrica verdaderamente dinámico.