La Nintendo DS trajo pantallas táctiles a toda una generación de jugadores.
Una forma divertida de familiarizar a las personas con una tecnología que ya se ha vuelto común.
Décadas antes de formar una familia con mi pareja, establecimos un lazo a través de un pequeño Boxer llamado Charlie. Pasábamos el tiempo jugando con una pelota, bañándolo cuando se ensuciaba y haciendo caminatas diarias. Esta conexión se facilitó por el uso de la pantalla táctil de la Nintendo DS, que transformó un simple juego como Nintendogs, donde el objetivo es cuidar mascotas virtuales, en una experiencia emocional profunda.
Antes del lanzamiento de la primera DS en 2004, el concepto de una pantalla táctil era visto como algo futurista. Las pantallas convencionales que conocía, como televisores y monitores de computadora, no estaban diseñadas para ser tocadas. Dispositivos comerciales como el Newton de Apple, que incluía tecnología de reconocimiento de escritura, eran inaccesibles para muchos. Sin embargo, la DS representó un cambio al ser más un juguete que un dispositivo tecnológico avanzado. Su diseño, con dos pantallas superpuestas y una bisagra que permitía cerrarla como un libro, la hacía accesible.
El componente más destacado era la pantalla inferior, sensible al tacto, lo que permitió a los jugadores interactuar de una manera novedosa. El diseño peculiar de la DS, junto con controles físicos tradicionales y la posibilidad de usar cartuchos de Game Boy Advance, la hicieron fácilmente reconocible como una consola de juegos.
Nintendo, fiel a su estilo, no solo implementó un nuevo método de control, sino que también mostró sus posibilidades. Algunos de los títulos más exitosos de la DS no habrían sido viables sin su pantalla táctil. Nintendogs, por ejemplo, resultó cautivador debido a la naturalidad de acariciar a una mascota virtual, mientras que Brain Age ilustró cómo el reconocimiento de escritura podía ser intuitivo en juegos como sudoku. Además, los elementos táctiles se incorporaron en franquicias populares, revolucionando la forma de jugar en títulos como The Legend of Zelda y WarioWare.
El éxito de la DS incentivó a otros desarrolladores a experimentar. Algunos de los títulos innovadores de la época incluyeron Trauma Center, donde realizabas cirugías utilizando la pantalla táctil; Professor Layton, que combinaba lógica y resolución de acertijos; y Electroplankton, un juguete musical interactivo. Otros ejemplos son Etrian Odyssey, que permitía dibujar mapas, y Cooking Mama, donde la cocina se realizaba completamente a través de toques en la pantalla.
La Nintendo DS introdujo gradualmente la interacción táctil a millones de jugadores, combinando estos juegos con títulos que no utilizaban esta tecnología, lo que permitió una familiarización antes de que el concepto se convirtiera en parte integral de la vida moderna. Esto preparó el terreno para éxitos en juegos móviles, creando una conexión directa entre la era de la DS y el florecimiento de títulos en iPhone como Rolando y Tiny Wings.
Hoy en día, las pantallas táctiles son una característica estándar en casi cualquier dispositivo de juego, tanto en consolas como en dispositivos portátiles. Esta innovación que antes me parecía asombrosa se ha normalizado; al transferir mi antigua DS a mi hija mayor, no le sorprendió la idea de acariciar a una mascota virtual. Para ella, ya era algo cotidiano, lo que la convertía en la persona ideal para adoptar a Charlie, que había estado esperando en ese cartucho durante los últimos 20 años.