Los planes de Tesla para el 'FSD sin supervisión' y los robotaxis podrían enfrentar obstáculos burocráticos.
Durante el evento de presentación del robotaxi de Tesla la semana pasada, el CEO Elon Musk expresó su expectativa de que la compañía lance una versión de FSD que funcione de manera “no supervisada”.
En el evento de presentación de su robotaxi la semana pasada, Elon Musk, CEO de Tesla, reveló su expectativa de lanzar una versión "no supervisada" del sistema de asistencia avanzada a la conducción, conocido como FSD, en Texas y California para el año 2025, aplicable a ciertos modelos de los vehículos Model 3 y Model Y. Además, mencionó que la producción de estos robotaxis, que no contarán con volante ni pedales, comenzaría entre 2026 y 2027. Aunque despierta escepticismo la capacidad de Musk para cumplir estos plazos, la introducción de un FSD no supervisado y la fabricación de robotaxis sin controles humanos plantea preocupaciones regulatorias.
El término "FSD" se traduce como “Conducción Autónoma Total”, aunque la tecnología aún no ha alcanzado la plena autonomía. Actualmente, puede realizar tareas de conducción automatizada en entornos urbanos y en carreteras. Ante las acusaciones de publicidad engañosa, la empresa cambió la denominación de "FSD Beta" a "FSD Supervisado" en abril pasado, reflejando así que un conductor humano debe permanecer atento y listo para intervenir cuando sea necesario.
Se pueden considerar dos posibles interpretaciones de "FSD no supervisado": una podría ser un sistema autónomo de Nivel 4, totalmente sin conductor, y la otra podría ser un sistema de Nivel 3 que permita al conductor desentenderse momentáneamente, similar al Drive Pilot de Mercedes o el sistema en el que trabaja General Motors. La diferencia radica en que el Nivel 3 requiere que un conductor intervenga cuando el sistema lo solicite, mientras que el Nivel 4 opera de manera autónoma bajo condiciones específicas.
Respecto a las implicaciones regulatorias, Musk anticipó un lanzamiento del FSD no supervisado en California y Texas para el próximo año, aunque no especificó si sería una actualización por aire o si se requerirían costos adicionales. En Texas, las regulaciones permiten que se implementen vehículos autónomos con o sin conductor, siempre y cuando cumplan con las leyes de tráfico y posean el equipo adecuado. No obstante, en 2025 la Legislatura del estado podría considerar propuestas que demandarían a las compañías de vehículos autónomos notificar al Departamento de Vehículos Motorizados cuando no haya un conductor presente.
En California, el proceso es más complicado, ya que existen varios permisos requeridos. Tesla ya tiene un permiso de pruebas con conductor desde 2015, pero no ha solicitado la aprobación para realizar pruebas sin conductor ni para su despliegue comercial. En caso de que Tesla planee lanzar un sistema de Nivel 3, solamente necesitaría un permiso de despliegue. En cambio, si se propone un sistema de Nivel 4 similar al de Waymo, se necesitarían permisos tanto para pruebas sin conductor como para el despliegue comercial.
Producciones de robotaxis que omiten el volante y los pedales también enfrentarían desafíos. Para que Tesla produzca en masa estos vehículos, sería necesaria una exención de los estándares federales de seguridad vehicular. Hasta ahora, la NHTSA solo ha concedido una exención similar a Nuro para sus vehículos de entrega autónomos de baja velocidad.
El complicado panorama regulatorio y la falta de claridad de Musk sobre cómo Tesla planea abordar estas normativas, junto con los detalles sobre el avance de la tecnología FSD y la estrategia de mercado de la empresa, generaron preocupación entre los inversores, lo que llevó a una caída de casi el 10% en el valor de las acciones de Tesla tras el evento.