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Críticos de la tecnología piden sanciones para un ejecutivo de Google por chats borrados.

Los chats eliminados de Google están regresando para complicarle la situación.

Tres grupos de defensa están intensificando la presión sobre Google debido a la supuesta destrucción de registros de la empresa. El American Economic Liberties Project, Check My Ads y el Tech Oversight Project han solicitado al Colegio de Abogados de California que investigue a Kent Walker, presidente de Asuntos Globales de Google y miembro del colegio. Alegan que Walker “entrenó” a la compañía para que llevara a cabo una destrucción generalizada e ilegal de documentos relevantes para múltiples juicios federales en curso.

En una carta de la que se tuvo acceso exclusivo, los grupos destacan un memorando de 2008 que Walker envió a los empleados mientras se desempeñaba como asesor legal. Este memorando, conocido como el Walker Memo, ha sido mencionado en el juicio antimonopolio más reciente del Departamento de Justicia, uno de los varios casos en los que se acusa a Google de ocultar documentos potencialmente incriminatorios. El documento hacía referencia a “varios asuntos legales y regulatorios significativos” que enfrentaba Google en ese momento, justificando así una nueva política que limitaba la retención de mensajes de chat de los empleados. Según el DOJ, esto marcó un punto de inflexión en la política de confidencialidad de la empresa, ya que Google alteró la configuración predeterminada de los chats de “historia activa” a “historia desactivada”.

En una presentación legal relacionada con el caso de tecnología publicitaria, Google desestimó el memorando como un documento antiguo e irrelevante para sus políticas de retención de evidencia. Argumentaron que “el memorando fue escrito 11 años antes de que el DOJ iniciara su investigación y antes de que existiera cualquier obligación de preservar información”, además de que instruía a los empleados a conservar mensajes de chat relevantes cuando estaban bajo una retención litigiosa. Sin embargo, los grupos de defensa sostienen que los empleados de Google “entendieron que el objetivo era eliminar información que podría ser descubrible en el juicio”.

Además, se alega que Walker sugirió a la compañía implementar una política de “comunicación cuidadosa” que instruía a los empleados a invocar de manera innecesaria el privilegio abogado-cliente en correos electrónicos sensibles. La falta de registros de Google ha sido un argumento recurrente en su contra en varios juicios. En al menos tres casos, incluidos dos presentados por el DOJ y uno por Epic Games, los opositores de Google han argumentado que su falta de registros de conversación debería contar en su contra.

Recientemente, en el juicio de tecnología publicitaria de Google, los fiscales del gobierno mostraron reiteradamente documentos marcados como “privilegiados y confidenciales”, mientras que los testigos luchaban por explicar por qué se había involucrado a abogados en las cadenas de correos electrónicos. A pesar de que muchos empleados testificaron que los chats desactivados se usaban solo para conversaciones informales, varios reconocieron que, al menos ocasionalmente, estaban incluidos en discusiones comerciales sustantivas. Aunque las prácticas de la empresa no le han servido de mucho en el tribunal, los jueces no han impuesto sanciones severas hasta ahora.

El portavoz de Google, Peter Schottenfels, afirmó que la empresa se toma en serio su obligación de conservar y producir documentos relevantes, mencionando que su equipo legal ha respondido exhaustivamente a consultas y litigios, produciendo millones de documentos, incluidos correos electrónicos y mensajes de chat. Los grupos de defensa buscan responsabilizar a Walker por su papel en la falta de transparencia, señalando que su comportamiento puede considerarse poco ético y contrario a las leyes del estado de California.

Finalmente, están presionando al Colegio de Abogados para que tome medidas disciplinarias contra Walker y otros abogados de Google que pudieran estar al tanto de las políticas de la compañía, pidiendo que se impongan las sanciones más severas posibles, que podrían ir desde una suspensión hasta la descalificación. Sin embargo, tales medidas son relativamente raras; en el año fiscal 2023, se abrieron 17,000 casos, pero solo se disciplinaron a 243 abogados, incluidas 76 descalificaciones.