Cover Image for Estudios indican que reducir el tiempo frente a las pantallas puede ser más efectivo que los antidepresivos.

Estudios indican que reducir el tiempo frente a las pantallas puede ser más efectivo que los antidepresivos.

La interrupción del acceso a internet provocó una drástica reducción en el tiempo frente a la pantalla, lo que resultó en una mejora de la salud mental, un sueño más reparador y cambios de conducta favorables en los usuarios.

La llegada de smartphones que ofrecen acceso constante a internet ha transformado las experiencias diarias y el desarrollo de los jóvenes, según Jonathan Haidt, coautor de un libro sobre la ansiedad generacional. Tras la publicación de su artículo, surgieron comentarios diversos sobre la responsabilidad que se le atribuye a las redes sociales y a internet en general. Recientemente, investigadores de la Universidad de Alberta y la Universidad de Georgetown llevaron a cabo un experimento que consistía en bloquear el acceso a internet en los teléfonos móviles durante dos semanas. Los resultados revelaron mejoras significativas en la salud mental, el autocontrol y los hábitos de sueño de los participantes, incluso superando los beneficios de algunos antidepresivos.

El estudio concluyó que reducir el tiempo frente a las pantallas a la mitad podría ofrecer ventajas concretas para la salud mental y el bienestar general. No es la primera vez que se emite una advertencia de este tipo; en 2023, una recomendación de la Oficina del Cirujano General sugirió varias estrategias para limitar el uso de smartphones y fomentar experiencias sociales reales, resaltando su potencial adictivo.

El experimento involucró a más de cuatrocientos voluntarios, que instalaron una aplicación para desconectar internet en sus dispositivos móviles, permitiendo solo funciones de llamadas y mensajes. Al término del periodo de prueba, el tiempo promedio frente a la pantalla se redujo de 5 horas y 14 minutos a 2 horas y 41 minutos. Los participantes, con una edad promedio de 32 años y provenientes de EE.UU. y Canadá, mostraron cambios significativos en su concentración y en la disminución de síntomas depresivos.

La relación entre el uso de smartphones y la salud física y mental ha sido objeto de estudios, evidenciándose que el uso excesivo de estos dispositivos puede provocar depresión y un deterioro en el funcionamiento social y emocional. Entre las consecuencias de la inactividad inducida por estos aparatos, se menciona el incremento del riesgo de enfermedades cardíacas. Sin embargo, también se ha constatado que pueden ser herramientas útiles para fomentar hábitos saludables si se utilizan de manera adecuada.

Los cambios observados durante el estudio no se limitaron únicamente a cifras; también se registraron cambios de comportamiento. Los participantes reportaron mayores interacciones sociales, pasaron más tiempo en la naturaleza y se involucraron más en sus hobbies. Además, experimentaron un aumento en la sensación de autocontrol y una mejora en la calidad del sueño, validando hallazgos previos que conectaban un uso excesivo del teléfono con problemas de calidad de sueño, depresión y ansiedad.

Aunque no todos los participantes lograron desconectar por completo durante el experimento, se notaron mejoras en la salud mental y el bienestar subjetivo, sugiriendo que la conexión constante al mundo online tiene un alto costo psicológico. A pesar de que no todos pueden permitirse estar sin internet por dos semanas, el estudio destaca que las redes sociales son un motor clave de la adicción a las pantallas y sugiere implementaciones disponibles en dispositivos para ayudar a los usuarios, como configuraciones de bienestar digital que permiten establecer límites en el tiempo de uso.

Concluyendo, el uso responsable de la tecnología y la implementación de límites claros en su uso puede contribuir a mejorar la calidad de vida, así como fomentar recuerdos y experiencias significativas que pueden perderse en un mundo digital constantemente conectado.