Regresar al CES después de una década fue toda una experiencia.
Todo sigue igual que siempre.
Asisto a mi primera CES hace 15 años, y aunque en aquel momento podía describir con claridad cada detalle, ahora, la memoria es más difusa. Recuerdo que perdí mi vuelo de regreso en esa primera edición y que, al inicio, la presencia de cámaras era abrumadora, pero con el tiempo esa tendencia disminuyó. Las cenas del equipo y las primeras reuniones son parte de mis recuerdos, aunque no puedo recordar el orden de los eventos. Lo que sí sé es que, en esos primeros CES, realmente no tenía idea de lo que estaba haciendo. El mismo sentimiento me acompañó en mis siguientes visitas, en diferentes grados. Mi equipo consistía en una cámara DSLR prestada y un BlackBerry de trabajo, mientras que intentaba usar elegantes vestidos y zapatos incómodos para los eventos nocturnos. En ese entonces, Uber ni siquiera existía, lo que significaba esperar largas horas en la fila de taxis en el aeropuerto.
Este año rompí una racha de 11 años sin asistir a la CES, lo que me brindó una oportunidad única. No es común poder observar algo que se ha vuelto rutina desde una perspectiva renovada. Mi tarea en CES 2025 es sencilla: caminar por el salón, encontrar cosas interesantes y publicarlas. He tomado esta misión muy en serio, limitando mis reuniones y usando zapatos cómodos para recorrer los extensos pasillos.
El primer día comencé en el West Hall. Encontré un Dunkin’ con una línea que avanzaba rápido, muchas áreas para sentarse y enchufes eléctricos integrados en los stands. Todo esto contrasta con mis recuerdos de zonas de descanso deterioradas y abarrotadas donde solía almorzar en el suelo. Eventualmente, me di cuenta de que esta zona simplemente no existía en mi última visita a la Ciudad del Vaticano. Planeaba dar una vuelta rápida y luego dirigirme al Central Hall, pero me llamaron la atención unos gigantescos tractores.
Este tipo de exhibiciones no estaban presentes en 2014. Eran colosales, y sólo algunos de ellos eran tractores típicos. Uno de los primeros que vi era un camión volquete autónomo, según me explicó un representante de John Deere. No tenía un motivo particular para estar allí, pero era fascinante. Después de 40 minutos tomando fotos con los tractores, un camión de basura y un camión de bomberos eléctrico, regresé al punto inicial para buscar robots.
Cada edición de CES suele presentar "el tema del año". Recuerdo cuando se exhibían televisores 3D. Este año, el enfoque son los robots: tanto los físicos como aquellos integrados en software. Robots que recogen calcetas, suben escaleras o simplemente son adorables. Además, todos parecen incorporar algún tipo de inteligencia artificial, desde televisores hasta gafas, independientemente de su necesidad. Aunque los robots no son novedad en CES, los de este año parecen realmente útiles, aunque su fiabilidad puede variar. Observé a uno de esos pequeños robots caer de una mesa, justo cuando corría hacia mi colega. Su cuidadora lo recogió asegurando que era "duradero". Estoy convencido de que no necesitamos preocuparnos por ellos como potenciales "señores del mal".
Desplazarse por Las Vegas durante la feria, que reúne aproximadamente a 140,000 asistentes, sigue siendo un reto. A pesar de la innovación en transporte de la última década, la situación no ha mejorado. Me vi en la necesidad de caminar entre los distintos recintos para evitar el tráfico. En un momento opté por compartir un Tesla con otros asistentes y descendimos por el Vegas Loop, una experiencia breve y ligeramente futurista que me ahorró un largo paseo. Sin embargo, seguir en un bus que avanzaba lentamente entre ciclos de luces rojas fue frustrante.
Fuera del centro de convenciones, noté cambios en Las Vegas en la última década, aunque algunas cosas se mantuvieron igual. Los turistas todavía forman filas en la ruta de los gondoleros y los hombres siguen repartiendo tarjetas para entretenimientos cuestionables. Mientras caminaba, escuché a una mujer mencionar mi nombre, lo que antes me habría hecho detenerme, pero ahora recuerdo que solo había leído mi identificación. En Las Vegas, tu atención es una moneda valiosa.
No obstante, hay una nueva atracción en el Strip que se vuelve imposible de ignorar: el Sphere. Durante uno de mis encuentros en una suite con vista al Sphere, detuvimos la conversación para observar una animación donde parecía que un extraterrestre rompía el cristal para salir. Uno de los aspectos más destacados de mi segundo día en la feria fue asistir al keynote de Delta en el Sphere (es "Sphere", no "el Sphere", aclara Delta). No es la primera vez que se utiliza como recinto de CES, pero sí es la primera presentación principal en este lugar. El espectáculo fue impresionante, utilizando la gran pantalla interior del Sphere y efectos especiales. Un avión se acercó al público, y a medida que giraba, un viento simulaba los motores. También se liberó un aroma a café con avellana durante la presentación, aportando una dimensión sensorial.
Finalmente, mientras las luces se atenuaban, la pantalla mostró una imagen del planeta Tierra como una enorme esfera de cristal flotante. A pesar de ser un simple efecto visual, mi mente se engañó creyendo en la presencia real de ese objeto. Aunque tengo claro que con el tiempo los detalles de esta CES se desvanecerán, recordaré la sensación que me dejó. A veces, por muy experimentado que uno sea en estas ferias, siempre hay un espacio para la maravilla. Sin embargo, no tengo muchas esperanzas de que esos autos conceptuales se materialicen.