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La Voyager de la NASA finalmente se comunicó con la Tierra utilizando un dispositivo que no se había utilizado desde 1981.

Este viajero interestelar ha logrado sobrevivir.

Voyager 1, la nave espacial más distante de la NASA, se encuentra operando con niveles de energía muy bajos mientras continúa su travesía por el espacio interestelar, a una impactante distancia de 15.4 mil millones de millas de la Tierra. El equipo de ingenieros de vuelo de la NASA había contemplado la posibilidad de que la misión de 47 años hubiera llegado a su fin cuando la sonda dejó de emitir señales recientemente. Este problema se originó el 16 de octubre, cuando los controladores de vuelo le enviaron una orden rutinaria para activar un calentador. Sin embargo, dos días después, se enteraron de que un sistema de protección había desactivado su transmisor principal de radio, lo que llevó a un cese total en la comunicación para el 19 de octubre.

A pesar del pesimismo inicial del equipo, Voyager 1 tenía un transmisor de respaldo que opera en una frecuencia diferente, aunque significativamente más débil. La incertidumbre sobre su funcionalidad aumentó debido a la gran distancia de la sonda. Afortunadamente, ingenieros del Deep Space Network, un sistema de potentes antenas terrestres, lograron detectar una señal débil desde el transmisor S-band, el cual no se había utilizado desde 1981. En un comunicado, la NASA informó que el equipo está analizando la situación para comprender lo ocurrido y restaurar las operaciones normales de Voyager 1.

Tanto Voyager 1 como su gemela, Voyager 2, han superado con creces su esperanza de vida original. Lanzadas en 1977 con el objetivo inicial de investigar Júpiter y Saturno, su misión se amplió posteriormente para incluir dos planetas más, Urano y Neptuno. Hasta la fecha, han explorado cuatro planetas, 48 lunas y varios campos magnéticos planetarios. En agosto de 2012, Voyager 1 hizo historia al convertirse en la primera nave en ingresar al espacio interestelar, una región más allá de la heliosfera, donde la influencia del sol se debilita.

Actualmente, Voyager 1 se aleja del sistema solar a velocidades superiores a 38,000 mph, y es el objeto hecho por el ser humano que se encuentra en mayor distancia de la Tierra. Las comunicaciones con la sonda requieren 23 horas para que una orden alcance su destino y otras 23 horas para recibir una respuesta. La NASA ha indicado que la nave ha estado perdiendo aproximadamente 4 vatios de potencia cada año, lo que limita las operaciones. Para conservar energía, los controladores han apagado ciertas funciones, con la meta de mantener la operación de las dos sondas más allá de 2025.

El motivo por el cual el sistema de protección de Voyager 1 desactivó el transmisor principal sigue sin esclarecerse. Este mecanismo opera automáticamente para desactivar equipos menos críticos en caso de problemas que amenacen el suministro de energía. A pesar de que la nave debería haber tenido suficiente energía para activar el calentador, la situación actual indica que los equipos a cargo de las antiguas sondas tienen que estar preparados para enfrentar imprevistos. El mes pasado, el equipo solucionó un problema relacionado con un propulsor en Voyager 1, lo que resalta la complejidad de la misión en este punto.