
Modificar algunas líneas de código en Linux podría, según un estudio, ahorrar miles de millones a las empresas de hiperescalado, aunque no estoy del todo convencido.
Se ha incorporado la modificación en la última versión del núcleo de Linux, la 6.13.
Una nueva característica ha surgido con el potencial de reducir el consumo energético en los centros de datos en un 30%. Esta mejora en el uso de la CPU se logra mediante la suspensión de solicitudes de interrupción (IRQ), y puede implementarse a través del sistema operativo. Los grandes actores en el sector, conocidos como hyperscalers, podrían ser los mayores beneficiarios, lo que despierta curiosidad sobre el impacto de esta solución en la inteligencia artificial.
Los centros de datos representan entre el 2 y el 4% del consumo total de electricidad a nivel global, un asunto que los hyperscalers buscan minimizar. Otras alternativas para lograr este objetivo incluyen la implementación de arquitecturas de próxima generación, como la Infraestructura Hiperconvergente (HCI), y la aplicación de técnicas de enfriamiento avanzadas. Sin embargo, el profesor Martin Karsten de la Escuela de Ciencias de la Computación de la Universidad de Waterloo en Ontario, Canadá, ha propuesto una solución más simple y económica.
Karsten, en colaboración con Joe Damato de Fastly, ha desarrollado un pequeño cambio en el núcleo de Linux de solo 30 líneas de código. Este ajuste utiliza la suspensión de solicitudes de interrupción para disminuir las interrupciones innecesarias en la CPU y mejorar el procesamiento del tráfico de red en Linux. Esta modificación se ha incluido en la versión más reciente del núcleo de Linux, la 6.13. Se ha informado que este cambio no solo optimiza la eficiencia de la red en Linux, sino que también incrementa el rendimiento en hasta un 45% sin afectar la latencia.
El profesor Karsten explicó que el cambio no implica la adición de nuevos elementos, sino una reorganización de las acciones ya existentes para optimizar el uso de los cachés de la CPU en los centros de datos. “Es como reorganizar una línea de producción en una planta para que no haya personas corriendo de un lado a otro”, comentó.
Karsten opina que estas pequeñas modificaciones podrían tener un impacto significativo. Resalta que muchas de las grandes empresas, como Amazon, Google y Meta, utilizan Linux en diversas capacidades, y si deciden adoptar este método en sus centros de datos, podría resultar en un ahorro de gigavatios-hora a nivel mundial, afectando positivamente cada solicitud de servicio en Internet.
Por su parte, Aoife Foley, miembro senior de IEEE y profesora en la Escuela de Ingeniería Mecánica y Aeroespacial de la Universidad de Queen en Belfast, destacó que si bien las posibles economías son alentadoras, cambiar un par de líneas de código no resolverá los desafíos energéticos más amplios. Foley advirtió que los centros de datos generan una enorme demanda de electricidad, lo que pone presión sobre las redes eléctricas y complica la transición energética, especialmente en países más pequeños. Se estima que el sector de TIC representa aproximadamente el 1.4% de las emisiones de CO₂ globales.
Yandex ha lanzado también una herramienta de código abierto llamada Perforator, que sigue un enfoque similar al de la investigación del profesor Karsten, ayudando a las empresas a optimizar su código y reducir la carga del servidor, lo que resulta en menores costos energéticos y de equipos. Sergey Skvortsov, líder del equipo detrás de Perforator, enfatizó que optimizar el código es una de las maneras más efectivas de disminuir el consumo energético de los centros de datos.