Las grandes empresas tecnológicas se han acercado a la energía nuclear.
Grandes empresas tecnológicas están interesadas en operar centros de datos utilizando energía nuclear.
Las grandes empresas tecnológicas están cada vez más interesadas en utilizar reactores nucleares para abastecer la energía de sus centros de datos, que son altamente demandantes de electricidad. Amazon y Microsoft han firmado importantes acuerdos con plantas nucleares en Estados Unidos en el transcurso de este año. Además, tanto Microsoft como Google han mostrado interés en los pequeños reactores modulares de próxima generación que aún se encuentran en desarrollo. La creciente demanda de energía por parte de los nuevos centros de datos impulsados por inteligencia artificial ha llevado a estas compañías a alejarse de sus objetivos climáticos, ya que sus emisiones de carbono han aumentado. El uso de reactores nucleares podría ofrecer una solución para abordar ambos problemas.
Este cambio de enfoque ha revitalizado la antigua flota de reactores nucleares de Estados Unidos, mientras que también se apoya el desarrollo de nuevas tecnologías nucleares que todavía no han demostrado su viabilidad. Según Mark Morey, asesor principal de análisis eléctrico en la Administración de Información Energética del Departamento de Energía de EE. UU., "las perspectivas para esta industria son más brillantes hoy que hace cinco o diez años".
La mayoría de los reactores nucleares en EE. UU. fueron construidos en las décadas de 1970 y 1980. Sin embargo, la industria ha experimentado resistencia tras accidentes notorios como el de Three Mile Island y el desastre de Fukushima en Japón. Asimismo, la construcción de plantas nucleares es costosa y, en comparación con las plantas de gas, son menos flexibles, ya que estas últimas pueden adaptarse más rápido a las fluctuaciones en la demanda de electricidad. En contraposición, las plantas nucleares suelen proporcionar un suministro constante de energía básica. Esta estabilidad las convierte en una fuente atractiva para los centros de datos, que operan las 24 horas del día.
Microsoft ha firmado un acuerdo para comprar energía de la planta nuclear de Three Mile Island, la cual fue cerrada en 2019 por problemas económicos. Este acuerdo, que busca reactivar la planta para 2028, es un hito significativo en los esfuerzos de Microsoft por disminuir su huella de carbono. La planta se cierra temporalmente, pero el contexto actual de búsqueda de fuentes de energía sin emisiones de carbono está haciendo que la industria nuclear recupere protagonismo.
Por otro lado, Amazon Web Services ha adquirido un campus de centros de datos que se alimenta de la planta nuclear Susquehanna en Pensilvania. Mientras tanto, Google está evaluando también la posibilidad de utilizar energía nuclear para sus centros de datos en sus planes de sostenibilidad. Sundar Pichai, CEO de Google, ha señalado que la creciente inversión en inteligencia artificial ha aumentado la necesidad de energía, lo que motiva la búsqueda de nuevas soluciones como los reactores nucleares modulares de próxima generación, que no estarán disponibles antes de la década de 2030.
Estos reactores avanzados son mucho más pequeños que los anteriores, lo que les permite ser más fáciles y económicos de construir, además de ser más flexibles en cuanto a la producción de electricidad. Bill Gates, fundador de TerraPower, ha manifestado su firme creencia en que la energía nuclear puede ser clave para resolver problemas climáticos.
Recientemente, el Departamento de Energía publicó un informe que proyecta que la capacidad nuclear en EE. UU. podría triplicarse para 2050, impulsada por el aumento de la demanda de electricidad, generada por vehículos eléctricos, centros de datos y otras industrias. Este aumento de la demanda está transformando la visión sobre la energía nuclear, que antes se veía estancada.
Sin embargo, el camino no será fácil. Los nuevos diseños de reactores y los planes para reabrir plantas cerradas aún deben superar regulaciones y enfrentar altos costos y retrasos. Amazon ya enfrenta resistencia en Pensilvania por sus planes nucleares, mientras que la industria sigue lidiando con críticas sobre el impacto de la minería de uranio y el almacenamiento de desechos radiactivos.