Investigadores logran generar 500 MWh anuales a partir de un único centro de datos al aprovechar la energía eólica desperdiciada, sugiriendo su uso como generadores de energía residual.
Los investigadores instalaron turbinas livianas en enfriadores.
La cuestión de cómo proporcionar energía a los centros de datos que consumen mucha energía es una preocupación creciente para compañías como Microsoft y Oracle, que están considerando opciones como la energía nuclear. Sin embargo, investigadores de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA) en España y Mision Critica-Data Center en Bogotá, Colombia, han abordado el problema energético desde una perspectiva diferente. En lugar de centrarse en cómo alimentar un centro de datos, su investigación explora la posibilidad de que estas instalaciones generen su propia electricidad aprovechando el flujo de aire producido por los ventiladores de refrigeración, transformando así el viento residual en una fuente de energía renovable.
Los sistemas de climatización, que son comunes en los centros de datos, expulsan aire caliente al exterior, creando un recurso eólico constante y sin explotar que puede convertirse en electricidad. En un estudio de caso de un centro de datos colombiano, los investigadores utilizaron turbinas eólicas de eje vertical Tesup V7 para capturar este viento artificial. Estas turbinas, instaladas en los enfriadores, fueron elegidas por su capacidad de maximizar la generación eléctrica mientras minimizan el tamaño y el peso.
Los resultados indicaron que en un año, la cantidad de electricidad generada anualmente por seis turbinas eólicas fue de 513.82 MWh a partir del flujo de aire artificial, superando el consumo energético de los ventiladores de la instalación y generando un excedente de 131.2 MWh. Los autores sugieren que esta energía reciclada puede utilizarse para otras necesidades eléctricas dentro del centro de datos o ser inyectada a la red eléctrica.
El estudio, que fue publicado en la revista Scientific Reports, también destacó los beneficios económicos y medioambientales del sistema. Se proyecta que se logre un flujo de caja positivo en el tercer año, con una notable tasa interna de retorno del 50.69%. En términos medioambientales, este sistema reduce las emisiones de CO2 en alrededor de 300 toneladas métricas anualmente.
Los autores indican que este enfoque no solo ofrece una solución energética sostenible, sino que también está en línea con varios Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, promoviendo la energía limpia y la acción por el clima. Además, destacan que aplicar este método a otras industrias con flujos de aire similares podría tener un impacto significativo en el consumo energético global. Concluyen que, al adoptar políticas proactivas e incentivar la innovación, es posible reducir considerablemente nuestro impacto ambiental, ahorrar energía y avanzar hacia un futuro más sostenible para las generaciones venideras.