La sede de Fisker se encuentra en completo abandono, llena de desorden y con evidentemente residuos peligrosos, dejando atrás modelos de arcilla.
Las oficinas centrales de Fisker, que utilizó durante sus últimos días de actividad, han sido recientemente abandonadas y se encuentran en un estado de "total desorden", con barriles de aparente desecho peligroso y vehículos automotrices.
La antigua sede de Fisker ha quedado en un estado de abandono, describiéndose como "completamente desordenada", con barriles de lo que parecen ser desechos peligrosos, equipamiento automotriz, así como vehículos y modelos a escala de arcilla que fueron dejados atrás. Esta situación ha sido expuesta en un reciente documento presentado en el expediente de quiebra por el arrendador, Shamrock (La Palma) Properties II, LLC. Según Tony Lenzini, un representante de Shamrock, la propiedad enfrenta costos de limpieza y reparaciones por daños que ascienden a decenas de miles de dólares, además de la necesidad de retirar lo que parece ser desecho peligroso.
Shamrock se opone al intento de Fisker de abandonar el contrato de arrendamiento debido a la situación caótica dejada en la propiedad. Se alega que Fisker vendió algunos activos en el lugar a Heritage Global Partners, una casa de subastas, aunque no se ha podido establecer quién es el dueño legal de los objetos que quedaron. Hasta el momento, un abogado de Fisker no ha respondido a la solicitud de comentarios sobre el asunto.
Este documento se presenta en un contexto en el que Fisker busca que se confirme su plan de liquidación, proceso que comenzó hace cuatro meses tras declararse en quiebra. Existe una posibilidad de que esto ocurra en los próximos días, a pesar de que el Departamento de Valores y Bolsa de EE.UU. presentó una objeción, indicando que ha iniciado una investigación sobre la empresa.
Lenzini detalló en su declaración que realizó un recorrido por las instalaciones de la empresa, ubicadas en La Palma, California, junto a representantes de Fisker el 24 de septiembre. Estos le aseguraron que Heritage Global Partners se encargaría de retirar todos los objetos para el 27 de septiembre, día en que Fisker debía entregar la propiedad, y que "el edificio se limpiaría lo más posible". Sin embargo, Lenzini describe que durante esos días hubo una frenética actividad, donde se sacaban artículos de las oficinas y almacenes para cargar en camiones y coches, sin que nadie registrara lo que se estaba extrayendo.
Nick Dove, presidente de HPG, mencionó que su firma había adquirido algunos equipos de oficina y muebles, con un acuerdo que les otorgaba acceso hasta el 30 de septiembre. Sin embargo, no se les permitió ingresar a las instalaciones en esa fecha para retirar lo acordado. Dove enfatizó que "los químicos y baterías no formaban parte de nuestra transacción" con Fisker.
Lenzini observó a personas trabajando rápidamente para retirar propiedades del edificio, aunque no estaba claro quiénes eran: si empleados de Fisker, de HGP, el personal de Huron, o amigos de alguno de ellos. Esta situación culminó en que el lugar quedó en un completo desorden, con barriles de diferentes sustancias, incluidas dos cubas de 50 a 55 galones, una de las cuales indicaba contener aceite, y otra, refrigerante. También se dejaron en el sitio "aproximadamente 20 baterías automotrices", aunque no se especifica si son baterías de vehículos eléctricos o baterías de autos convencionales.
Los abogados de Shamrock señalaron que algunos vehículos de Fisker permanecieron estacionados en el lote, aunque no se especificó si son SUV Ocean. En su declaración, Lenzini expresó su preocupación por la falta de claridad sobre las sustancias químicas que se dejaron en La Palma. Las imágenes anexadas a la declaración muestran modelos a tamaño completo del superdeportivo Ronin y de la camioneta Alaska, además de un despacho lleno de papelería y basura volcada. Por si fuera poco, los abogados de Shamrock afirmaron que personas han logrado entrar a la instalación y han intentado establecerse en un lugar que quedó desocupado y desprotegido.