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Fabricantes de automóviles solicitan a Trump que no elimine el crédito fiscal para vehículos eléctricos.

Preservar el crédito fiscal.

La industria automotriz está transmitiendo un mensaje urgente al presidente electo Donald Trump: preservar el crédito fiscal de $7,500 para vehículos eléctricos. En una carta fechada el 14 de noviembre, el principal grupo de presión del sector automotriz solicita a la nueva administración que mantenga los incentivos para compradores y fabricantes de vehículos eléctricos que fueron instituídos bajo la presidencia de Joe Biden, argumentando que estas políticas mantienen a Estados Unidos competitivo a nivel global y generan "buenos empleos".

La Alianza para la Innovación Automotriz, que representa a los grandes fabricantes de automóviles —Ford, General Motors y Stellantis— así como a compañías automotrices extranjeras que operan en el país, está instando a Trump a "promover la estabilidad y la predictibilidad en los estándares de emisiones relacionados con la automoción". No obstante, al mismo tiempo, el grupo ha manifestado su apoyo a "regulaciones de emisiones razonables y alcanzables", sugiriendo que podría haber margen para una reversión parcial de las normativas de Biden sobre emisiones.

Sin embargo, esperar que Trump fomente la estabilidad y la predictibilidad durante su mandato podría resultar excesivamente optimista y posiblemente alejado de la realidad. Trump ha sido bastante claro acerca de sus intenciones al asumir el cargo, y la estabilidad no parece estar en su agenda. Durante su campaña, criticó las políticas de Biden que incentivaban la compra de vehículos eléctricos, prometiendo eliminar el "mandato de vehículos eléctricos" desde el primer día de su presidencia. Desde su victoria, su equipo de transición ha discutido cómo eliminar el crédito fiscal para vehículos eléctricos y otros incentivos.

También se incluye entre las políticas bajo amenaza la reciente normativa de la Agencia de Protección Ambiental que exige a los fabricantes de automóviles reducir las emisiones de carbono para 2032, enfocándose en la venta de más vehículos eléctricos. Esta acción permitiría a Trump deshacer parte del legado ambiental de su predecesor, una situación que ya vivió al desmontar estándares de emisiones establecidos por Barack Obama en su primer mandato y que parece estar dispuesto a repetir con las regulaciones de Biden.

John Bozzella, presidente y director ejecutivo de la alianza, no se opuso a los esfuerzos de Biden para imponer reglas más estrictas sobre emisiones, aunque calificó algunas metas como "objetivos ambiciosos". En su carta a Trump, aboga por hacer "regulaciones de emisiones federales y estatales que sean razonables y alcanzables, alineadas con las realidades actuales del mercado y que apoyen la capacidad del consumidor para comprar un vehículo que satisfaga sus necesidades individuales".

Esta solicitud de "estabilidad y predictibilidad" podría interpretarse de diversas maneras. Podría indicar que los fabricantes de automóviles están cansados de que los estándares de la EPA cambien con frecuencia y sean utilizados como herramienta política. Por otro lado, el término "razonable y alcanzable" sugiere que Bozzella y sus empresas están dispuestos a aplazar ciertos plazos para cumplir con objetivos de emisiones, lo que implica cierta flexibilidad.

Bozzella también mostró su apoyo a un marco regulatorio federal para vehículos autónomos, algo que ha sido esquivo en la capital del país. Se informa que el equipo de transición de Trump está discutiendo la posibilidad de establecer un marco regulatorio que permitiría un aumento de vehículos sin conductor en las carreteras. Esto beneficiaría enormemente a Tesla y a su CEO, Elon Musk, un gran donante y aliado de Trump, quien ha expresado su intención de vender "Cybercabs" sin volante ni pedales en 2026. Bozzella señala que Estados Unidos necesitará un marco para la implementación de vehículos autónomos si quiere seguir siendo competitivo con China.

La carta también es notable por su adulación hacia Trump. Bozzella lo felicita por su victoria y se alinea con él al sostener que los consumidores deberían poder elegir su propio vehículo, reforzando la falsa afirmación de que Biden y Kamala Harris intentaron obligar a los estadounidenses a adquirir vehículos eléctricos. Además, lo elogia por reconocer las enormes dificultades que enfrenta la industria. En resumen, la carta representa una súplica de la industria para que se actúe con cautela al desmontar el legado regulatorio de Biden, una declaración de valores compartidos y alineación con la ethos MAGA de Trump, además de abundantes elogios.