He vivido la próxima era de la inteligencia artificial y no pienso regresar.
Se está inaugurando una nueva era de agentes de inteligencia artificial, y tuve la oportunidad de experimentar su potencial de manera directa gracias a la investigación avanzada de Google.
Desde la llegada de ChatGPT, la emoción en torno a la inteligencia artificial ha aumentado significativamente. A medida que la conversación sobre la inteligencia artificial general (AGI) y la "superinteligencia" se vuelve más intensa, aparece un nuevo término: la IA agentiva. Este concepto se refiere a agentes de IA diseñados para automatizar varias tareas digitales. Ejemplos incluyen los Gems en la terminología de Google, los Custom GPTs de OpenAI y las Copilot Actions de Microsoft. El objetivo es que la IA asuma la responsabilidad de realizar tareas, total o parcialmente.
Empresas como Qualcomm y MediaTek ya están preparando sus procesadores para la era de la IA agentiva. No obstante, todavía no contamos con herramientas verdaderamente funcionales de este tipo. Hasta ahora, la mayoría de los chatbots de IA generativa han limitado su utilidad al proceso de consulta-respuesta clásico.
En este contexto, surge Deep Research, el primer producto de IA agentiva de la familia Gemini. Esta herramienta representa un replanteamiento fundamental de la búsqueda en Internet. Como su nombre indica, Deep Research se especializa en realizar investigaciones de manera más controlada que una búsqueda típica en Google. Permite al usuario establecer un esquema antes de iniciar la búsqueda y elegir fuentes específicas, lo que contrasta con el enfoque de Google que generalmente se basa en palabras clave y resulta en una variedad de resultados, incluyendo clickbait y jerga generada por IA.
La personalización de la búsqueda en Deep Research resulta particularmente ventajosa para periodistas, estudiantes, investigadores y profesionales, ya que ahorra tiempo y evita problemas de confianza en las fuentes. La herramienta actúa como un "agente de búsqueda", recorriendo diversas fuentes según una serie de pasos predefinidos, facilitando así el acceso a información relevante sin las molestias típicas de las búsquedas convencionales.
Además, Deep Research organiza la información de manera clara y concisa, evitando la necesidad de abrir múltiples pestañas, lo cual puede resultar engorroso. La representación de los hallazgos incluye textos, tablas y puntos clave, todo presentado de manera que resulta fácil de digerir y aplicar. Esto convierte a Deep Research en una opción valiosa para quienes necesitan referencias precisas y bien documentadas.
Los usuarios que han probado Deep Research han expresado tanto asombro como alivio al descubrir su utilidad y eficiencia. Profesionales en diversas áreas, desde la ley hasta el periodismo, han destacado cómo esta herramienta puede enriquecer su trabajo y mejorar su flujo de investigación. La capacidad para realizar búsquedas en lenguaje natural y personalizar las consultas es uno de los aspectos más destacados de Deep Research, haciéndolo menos robótico y más accesible.
En cuanto a la relación calidad-precio, muchos se preguntan si un modelo de suscripción de 20 dólares al mes se justifica. Sin embargo, esta inversión parece ofrecer un valor significativo en comparación con otros productos de la competencia, además de integrarse excelentemente dentro del ecosistema de Google, lo que maximiza su funcionalidad y conveniencia para el usuario.