Cada vez tengo menos motivos para abandonar Windows de forma definitiva.
Soy un usuario de Windows desde hace mucho tiempo, pero me está costando más convencerme de no abandonar Windows y optar por comprar el Mac mini M4 para sumergirme por completo en macOS.
Actualmente, mi tiempo se distribuye entre un PC con Windows y un MacBook Pro. Ambos dispositivos cumplen con mis necesidades, pero, a pesar de mis deseos de unificar todo en un solo equipo, no he podido encontrar uno que se adapte completamente a mis requisitos. Con la llegada del Mac mini M4, estoy reconsiderando toda mi configuración. Lo más sorprendente es que, en lugar de pensar en reemplazar mi MacBook Pro, me encuentro cada vez más motivado a abandonar mi PC y dejar Windows atrás de una vez por todas.
Cambiar de Windows a macOS simplificaría mi vida significativamente. En este momento, tengo que trabajar en diferentes sistemas operativos, recordar diversos atajos de teclado, compartir archivos entre dispositivos de distintas maneras, entre otros inconvenientes que son muy molestos cuando ocurren diariamente. Además, hay constantes pequeñas frustraciones asociadas a Windows. He utilizado el sistema operativo de Microsoft desde que comencé a interesarme en computadoras hace más de 20 años, y he tenido quejas durante todo ese tiempo. Todos los usuarios de Windows pueden contar alguna falla recurrente, desde aplicaciones que se bloquean hasta raros comportamientos del sistema. Esta es una experiencia común con Windows.
Como usuario de ambos sistemas, puedo decir que esas irritaciones son mucho menos frecuentes en macOS. Además de ser un sistema operacional diferente, ofrece una forma de trabajo más placentera. La famosa frase de Apple "simplemente funciona" se muestra cierta al comparar la molestia de Windows con la fluidez de su sistema operativo. Al eliminar Windows de mi vida, no solo acabaría con esos problemas, sino que además, haría todo más fácil. En lugar de depender de una mezcla de Dropbox y AirDrop para compartir archivos, podría utilizar solamente AirDrop. Las mejores aplicaciones de Windows que uso a diario funcionan perfectamente en macOS, y existe un ecosistema vibrante de aplicaciones para Mac que no están disponibles en computadoras con Windows. La posibilidad de hacer este cambio es atrayente.
Un aspecto adicional para dejar atrás Windows es el tema de los juegos. En los últimos años, la principal razón que me ha mantenido usando Windows ha sido la compatibilidad y rendimiento superior que ofrece en esta área. Jugar muchos títulos ha sido el factor decisivo, ya que las PC cuentan con potentes GPU discretas y una compatibilidad de juegos inigualable que la Mac no ha podido igualar durante años. Sin embargo, con la nueva serie de Mac M4, las cosas están cambiando. En la revisión del Mac mini M4 Pro, encontramos que su rendimiento en juegos es comparable al de la tarjeta gráfica Nvidia RTX 4060. Mi PC actual tiene una RTX 3070, la cual puede ofrecer un poco más de rendimiento que la M4 Pro. Sin embargo, la cuestión no es tan sencilla. Los juegos que más disfruto, como Stardew Valley y Football Manager, no requieren grandes capacidades gráficas, y títulos más exigentes están ahora disponibles para Mac. Con el M4 Pro, funcionan con la fluidez que necesito.
Migrar de Windows a macOS no es solo ventajas. Por un lado, disfruto del proceso de planear y construir mis propios PCs, y el poder empaquetar mucha potencia en un espacio reducido siempre me ha atraído. Aunque el Mac mini superará a mi PC en cuanto a tamaño, Apple es conocida por ser restrictiva en cuanto a personalizaciones del Mac. Esto significaría el fin de mis construcciones de computadoras si me decidiera completamente por macOS. Además, la ubicación del botón de encendido en el Mac mini es un inconveniente. Aunque parezca trivial, soy de los pocos que apagan su computadora al final del día, y lidiar con un botón incómodo cada vez podría volverse tedioso.
A pesar de esto, estos aspectos no son obstáculos decisivos para mí, sobre todo porque solo construyo una nueva PC cada pocos años y podría simplemente poner el Mac mini en reposo si lo deseo. La atracción de operar dentro de un ecosistema unificado, junto con el nuevo enfoque de Apple hacia los juegos, hace que las ventajas superen las desventajas. El único inconveniente restante es el que ha afectado a los fanáticos de Apple durante años: el precio. Realmente se paga por la calidad de Apple, y en mi caso, un nuevo Mac mini podría costar alrededor de $3,000. Necesito 4TB de almacenamiento y el chip M4 Pro, y tengo dudas de si los 24GB de memoria del Mac mini serán suficientes en comparación con los 32GB de mi PC, a pesar de su arquitectura unificada superior. Esos upgrade pueden resultar bastante costosos. Sin embargo, si invertir en un Mac mini optimizado me permite unificar mi espacio de trabajo, eliminar las frustraciones de Windows y seguir disfrutando de mis juegos favoritos, podría ser un precio que valga la pena pagar. Solo me queda empezar a ahorrar.