CapWay, una fintech respaldada por Y Combinator, cierra sus operaciones.
Sheena Allen, fundadora de la empresa, comentó que CapWay se vio obligada a cerrar debido a la imposibilidad de conseguir otra ronda de financiamiento.
CapWay, una fintech respaldada por Y Combinator que tenía como objetivo ofrecer servicios financieros a personas en lo que se conoce como “desiertos bancarios”, ha cerrado sus puertas, según informó su fundadora, Sheena Allen. En una publicación en LinkedIn, Allen expresó su orgullo por el trabajo realizado a pesar de su decepción por no haber podido completar la misión. Señaló que todavía queda mucho por hacer en el ámbito de la inclusión financiera y que no será la última vez que se le escuche luchar por la igualdad económica.
La empresa comenzó su proceso de cierre el año pasado, esperando hasta ahora para hacer el anuncio tras la caída de una posible adquisición. Los "desiertos bancarios" se refieren a comunidades, a menudo rurales, que no cuentan con una sucursal bancaria cercana donde los residentes puedan abrir una cuenta. Este término también se extiende a personas que enfrentan dificultades para acceder a un banco, como aquellos de bajos ingresos, ancianos o personas con discapacidad.
Allen lanzó CapWay en 2016 al darse cuenta del efecto negativo que la falta de una cuenta bancaria tiene en algunas comunidades, obligando a sus miembros a depender de préstamos a alto interés o servicios de chequeo en efectivo con altas tarifas. La intención de CapWay era abordar esta problemática a través de la educación financiera y ofreciendo soluciones bancarias en línea. La empresa consiguió casi 800,000 dólares en financiamiento de inversores como Backstage Capital, Fearless Fund y Khosla Ventures, y formó parte de la cohorte de verano de 2020 de Y Combinator.
Allen explicó que el cierre de la compañía se debió a varios factores, entre ellos el impacto negativo que sufrió la industria fintech tras el hackeo de Evolve Bank & Trust y la caída de Synapse, lo que llevó a que muchas entidades bancarias exigieran a las fintechs tener un capital mínimo disponible. CapWay se vio en la necesidad de encontrar un nuevo socio bancario y aumentar su capital para cumplir con los requisitos de sus posibles socios, pero enfrentó dificultades para recaudar fondos. Algunos inversores la rechazaron, argumentando que la empresa se había quedado rezagada frente a sus competidores.
Además, Allen subrayó las dificultades que han enfrentado muchos fundadores afroamericanos en el último año. Según Crunchbase, los fundadores negros solo obtuvieron el 0.3% de los 79 mil millones de dólares destinados a startups en Estados Unidos en la primera mitad del año. Allen sentía que tenía que competir con otras fintechs fundadas por afroamericanos por un reducido porcentaje de financiamiento, y algunos inversores le mencionaron que habían optado por invertir en otros proyectos similares.
En su publicación, agradeció a su equipo y a algunos de sus inversores, destacando que hubo quienes se preocuparon por ella tanto en su rol como fundadora como en su vida personal. A pesar de este tropiezo, se mantiene motivada para seguir trabajando en el ámbito de la inclusión financiera y ya evalúa nuevas ideas para startups, considerando oportunidades como emprendedora residente en firmas de capital de riesgo. “Es un momento difícil cerrar tu empresa”, reflexionó, “pero he aprendido que hay belleza en el camino, incluso en los días oscuros”.