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Un enigmático planeador espacial estadounidense regresa a la Tierra, y la Fuerza Espacial captura imágenes.

Bienvenido de nuevo, X-37B.

La actividad del X-37B, un planeador espacial de la Fuerza Espacial de EE. UU., continúa siendo un tema intrigante. Este vehículo no tripulado regresó a la Tierra el 7 de marzo, después de haber pasado 434 días en el espacio, aterrizando en la base Vandenberg en California bajo la oscuridad de la noche. La agencia espacial publicó imágenes del regreso, incluyendo una en la que se observa a un equipo vestido con trajes de protección atendiendo al artefacto.

El X-37B, llamado Orbital Test Vehicle-7 (OTV-7), completó con éxito su séptima misión al descender y aterrizar en el mencionado centro espacial a las 02:22 a.m. hora estándar del este. Este planeador, que orbita a entre 150 y 500 millas sobre la superficie terrestre, tiene como objetivo explorar tecnologías de vehículos espaciales reutilizables y realizar experimentos en el espacio a largo plazo. Originalmente diseñado por Boeing para la NASA, el proyecto fue asumido por la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA) en 2004. Con casi 30 pies de longitud, su tamaño es un cuarto del de los retirados transbordadores espaciales de la NASA.

La última misión del X-37B, enfocada en la seguridad nacional, se lanzó en diciembre de 2023 y logró una nueva hazaña. La Fuerza Espacial anunció que el planeador llevó a cabo una serie de maniobras innovadoras llamadas aerobraking, que le permitieron cambiar de órbita utilizando una cantidad mínima de combustible. Esta técnica implica realizar pasadas cercanas a la atmósfera terrestre para generar resistencia, lo que le permite ajustar su trayectoria sin consumir demasiado de su combustible limitado.

Además de las maniobras, el planeador participó en actividades relacionadas con la vigilancia. Durante su misión, el X-37B probó tecnologías de conciencia del dominio espacial, que buscan mejorar el entendimiento de la Fuerza Espacial de EE. UU. sobre el entorno espacial. Estas innovaciones son cruciales para la capacidad de operar en un entorno cada vez más congestionado y disputado en el espacio, beneficiando así a todos los usuarios de este dominio. Los planeadores espaciales, como el X-37B, también deben enfrentarse a la creciente cantidad de naves y desechos espaciales en la órbita terrestre.