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Después de dos años usando una cinta de correr bajo el escritorio: estas son las cuatro consideraciones más importantes al momento de adquirir una.

Una pareja podría sorprenderte.

Hace dos años, adquirí junto a mi esposa el WalkingPad P1 como una forma de mantenernos activos mientras estamos en casa. Lo hemos utilizado de manera constante, ya sea durante la jornada laboral, frente al televisor mientras vemos series, o simplemente para dar un paseo tranquilo en el interior mientras escuchamos un podcast. Aunque el ejercicio al aire libre tiene su importancia, no siempre es posible para todos, y las mejores cintas de andar para colocar debajo del escritorio ofrecen una excelente alternativa para ejercitarse incluso cuando está oscuro afuera o durante el día mientras trabajamos. Sin embargo, seleccionar la adecuada requiere atención.

Antes de decidirnos por el WalkingPad P1, hicimos algunas investigaciones y por fortuna elegimos bien. Después de dos años de uso, nunca nos ha fallado. No es perfecto, pero ha servido como un gran referente y me ha permitido comprender mejor qué considerar al elegir una cinta de andar para uso en espacios reducidos.

Uno de los aspectos más relevantes a considerar es el tamaño y la forma. Estoy convencido de que esta es la característica más importante al momento de comprar una cinta bajo el escritorio. Incluso las opciones más compactas y ligeras tienden a ser relativamente grandes y pesadas. Por lo tanto, elegir una que sea plegable (como el P1 o el WalkingPad C2) es fundamental.

Si dispones de mucho espacio o planeas que la cinta sea una instalación permanente bajo el escritorio, un modelo convencional podría funcionar. Sin embargo, la flexibilidad que ofrece el P1 ha sido una verdadera ventaja: un día puedes usarlo para caminar suavemente durante reuniones, y al siguiente, colocarlo frente al televisor para hacer ejercicio mientras disfrutas de una película. Sin esta versatilidad, no habríamos podido aprovecharlo tanto ni disfrutarlo como lo hemos hecho.

Incluso los modelos más ligeros actualmente superan las 50 libras, y su diseño dificulta su almacenamiento. Las cintas, especialmente las plegables, cuentan con bandas relativamente frágiles sobre las que no querrás colocar objetos, y su peso impide apilarlas sobre otras cosas. Mi recomendación es optar por la más pequeña, ligera y portátil que puedas encontrar. Además, es crucial que tenga ruedas; el P1 las incluye, y considero que no deberías adquirir un modelo sin ellas.

Respecto a la simplicidad, muchos modelos de cintas bajo el escritorio, incluida nuestra P1, vienen con una aplicación para conectarse al teléfono. Esta ofrece funcionalidades como seguimiento de actividad y bloqueo para niños. Sin embargo, en todo este tiempo, nunca hemos utilizado la aplicación. La belleza de este modelo radica en la simplicidad de su control remoto. Con solo enchufarlo, puedes comenzar a caminar con un solo botón y ajustar la velocidad con otros dos controles. Esto ha hecho que la experiencia sea muy placentera y útil, ya que se evita la necesidad de lidiar con conexiones complicadas o aplicaciones sofisticadas.

En lo que respecta al ruido, todas las cintas disponibles tienen una clasificación relacionada. En general, son más silenciosas que las cintas tradicionales, pero el nivel de ruido puede variar dependiendo del tamaño del usuario y su ritmo de caminar. El diseño de nuestro P1, que se sitúa muy cerca del suelo, busca minimizar el ruido, lo que ha sido beneficioso ya que vivimos en un primer piso y nunca hemos recibido quejas de ruido. Sin embargo, incluso este modelo relativamente silencioso puede ser suficiente para opacar el sonido de la televisión o el ordenador, por lo que es recomendable contar con unos buenos auriculares, idealmente con cancelación de ruido.

La velocidad es otro aspecto a considerar. Si buscas una cinta para correr, una cinta de este tipo puede no ser la ideal. La mayoría de estos modelos, aunque cuentan con capacidades de carrera, no ofrecen un espacio amplio y la velocidad máxima es limitada. A pesar de ello, el P1 puede alcanzar una velocidad de hasta 6 km/h (aproximadamente 3.7 mph), lo que permite un buen ritmo de caminata para la mayoría. Aunque la velocidad máxima puede parecer modesta, para quienes caminan no debe ser un factor disuasivo.

En conclusión, estos son algunos de los factores más importantes a considerar al comprar una cinta de andar para uso bajo el escritorio. Además del presupuesto y el límite de peso para usuarios, es valioso reflexionar sobre los elementos mencionados para poder disfrutar al máximo de la experiencia.