Después de diez años utilizando mi Apple Watch en el gimnasio, aún presenta una debilidad importante.
Es momento de poner fin a las pulsaciones accidentales de botones.
Durante casi una década, el Apple Watch se ha convertido en un compañero indispensable para quienes van al gimnasio. Muchos usuarios confían en él diariamente para monitorear sus entrenamientos, calorías y el tiempo transcurrido. Este dispositivo ayuda a evitar distracciones del teléfono móvil mientras se mantienen alertas a notificaciones de amigos y familiares. Además, permite controlar la música y los podcasts, cronometrar descansos y mucho más.
Sin embargo, desde su lanzamiento, este dispositivo ha padecido un defecto significativo que ha frustrado a muchos en el ámbito fitness: la activación accidental de los botones, especialmente con el dorso de la mano. La creciente dimensión de la línea de dispositivos portátiles de Apple ha exacerbado este problema en los últimos años. El Apple Watch Series 10, que se prevé sea el modelo más grande hasta la fecha, junto al Apple Watch Ultra 2, también contribuyen a esta situación.
En mi caso, uso el Apple Watch según lo recomendado, colocado en mi muñeca izquierda, con el botón lateral y la Corona Digital hacia la derecha, de manera que pueda operarlos con mi mano derecha. A pesar de esto, al menos una vez por cada entrenamiento, y a veces más, accidentalmente presiono la Corona Digital o el botón lateral, lo que interrumpe mi flujo de ejercicios. Esto es especialmente problemático en ejercicios que requieren flexión de muñeca, como flexiones, press de banca o sentadillas.
A medida que Apple ha incluido más funcionalidades en estos botones, la frustración ha crecido. Es común pausar el seguimiento del entrenamiento o la música sin querer, lo que puede alterar la concentración y el ritmo del usuario. Actualmente, utilizo el Apple Watch Ultra 2, lo que añade más complejidad, ya que suena una sirena de 86 decibelios que he activado sin querer en más de una ocasión, causando incomodidad entre otros usuarios del gimnasio.
Debido a estas molestias, me he visto en la necesidad de ajustar mi reloj antes de ciertos ejercicios, incluso retirándolo en ocasiones por frustración. Esta experiencia no arruina por completo el uso del dispositivo, ya que es perfecto en muchos aspectos relacionados con el fitness, pero definitivamente es un punto débil que aún necesita solución.
La idea de una posible solución me ha llevado a pensar en la función de bloqueo de agua que posee el Apple Watch, diseñada para evitar toques accidentales en el agua. Este sistema podría adaptarse para desactivar las pulsaciones de los botones durante ciertos tipos de entrenamientos, sólo reactivándose mediante una entrada en la pantalla táctil o una pulsación intencionada de la Corona Digital. Aunque los botones son cruciales para funciones de emergencia y seguimiento de entrenamientos, que existiera un mecanismo que dificulte su activación accidental mientras se levantan pesas podría ser muy beneficioso.
Incluso se podría implementar un sistema más avanzado que utilice datos del acelerómetro para detectar cuando se está realizando un ejercicio, desactivando los botones mientras se está en plena sesión y reactivándolos durante los períodos de descanso. Esta característica no solo beneficiaría a quienes levantan pesas, sino también a corredores o triatletas que desean evitar interrupciones en su seguimiento durante competiciones.
Mientras no tengo planes de dejar mi Apple Watch en casa durante mis entrenamientos, espero que algún día se eliminen los toques accidentales. Estoy convencido de que es el único aspecto que impide que el dispositivo alcance la perfección. Hasta que eso ocurra, continuaré lidiando con ajustes constantes y, ocasionalmente, con la sirena que sorprende a quienes me rodean en el gimnasio.