Cover Image for Una empresa espacial se dirige a Marte este otoño, y no es SpaceX.

Una empresa espacial se dirige a Marte este otoño, y no es SpaceX.

La razón por la que la pequeña misión Escapade es de gran importancia.

Los científicos han estado al tanto durante más de 17 años de que existen auroras, esas impresionantes exhibiciones de luz en la atmósfera, en Marte. Durante una tormenta solar, el sol libera una gran cantidad de radiación hacia el espacio. En la Tierra, la atmósfera y el campo magnético del planeta protegen a los seres vivos de los efectos dañinos más graves. Sin embargo, en Marte, ubicado a unos 140 millones de millas, aún no se comprenden completamente los efectos de esos vientos energéticos sobre el planeta rojo.

Se sabe que Marte tuvo en el pasado una atmósfera mucho más densa, quizás lo suficientemente rica como para sustentar vida. Sin embargo, su clima ha cambiado drásticamente a lo largo de miles de millones de años, transformándose de un mundo parecido a la Tierra, lleno de lagos y ríos, a un desierto árido. La incógnita que persiste es: ¿a dónde fue a parar esa atmósfera?

Una nueva misión científica, financiada por NASA, pretende descubrir cómo la radiación solar erosiona la finita atmósfera marciana. Esta misión no involucra a los contratistas habituales; el foco está en Rocket Lab, una empresa iniciada en Nueva Zelanda en 2006. A pesar de que su nombre puede resultar sorprendente por ser relativamente desconocida en comparación con competidores como SpaceX, el CEO de Rocket Lab, Peter Beck, ha expresado que su empresa es la única de este sector que no está liderada por un multimillonario.

Rocket Lab no solo está construyendo cohetes. La compañía ha fabricado dos naves espaciales para la misión denominada Escapade, acrónimo de Escape and Plasma Acceleration and Dynamics Explorers, que se espera sea lanzada este octubre. Si esta misión tiene éxito, podría establecer un nuevo estándar sobre cómo NASA y la industria espacial comercial llevan a cabo misiones interplanetarias a un costo reducido en el futuro. Con un presupuesto total de 80 millones de dólares, Escapade ha sido desarrollada en 3.5 años por Rocket Lab por un costo de 57 millones, notablemente más bajo en comparación con los miles de millones que normalmente se invierten en misiones complejas fuera de la órbita terrestre.

Aunque los contratistas tradicionales de NASA suelen trabajar bajo un modelo de costo más tarifa fija, Rocket Lab ofreció sus sondas a un precio fijo. Según Rob Lillis, el investigador principal de la misión en UC Berkeley, algunos de los contratistas más grandes no estaban interesados en participar debido a las limitaciones presupuestarias impuestas.

Las sondas Escapade, llamadas Blue y Gold en honor a los colores de la universidad, tienen aproximadamente el tamaño de un lavavajillas apilado. Recientemente fueron enviadas a Cape Canaveral, Florida, donde se integrarán en un cohete de la competencia, el New Glenn de Blue Origin, ya que el cohete Electron de Rocket Lab no tiene la capacidad suficiente para llevarlas.

Una vez lanzadas, las sondas tardarán aproximadamente 11 meses en llegar a Marte, donde ajustarán sus órbitas durante unos meses antes de comenzar su misión científica principal en abril de 2026.

Cuando el sol emite radiación, las partículas cargadas viajan a lo largo de las líneas invisibles del campo magnético terrestre, interactuando con la atmósfera y creando las auroras al calentar y hacer brillar los gases. Durante casi dos décadas, se ha confirmado que Marte también posee auroras, las cuales no están limitadas a las regiones polares como en la Tierra, sino que se dispersan por diversas ubicaciones del planeta y se presentan en al menos cuatro formas distintas.

Aunque otras sondas han estudiado la interacción del viento solar con la atmósfera marciana, no han podido medir en tiempo real las consecuencias de las tormentas solares. Las sondas Escapade estarán equipadas con cámaras que capturarán las primeras instantáneas globales de las auroras marcianas. Se espera que estas sondas ofrezcan vistas en luz visible, posiblemente mostrando tonalidades de rubí y esmeralda.

Este análisis tiene implicaciones prácticas, ya que para que los astronautas puedan aterrizar y explorar Marte en el futuro, necesitarán sistemas de navegación y comunicación eficaces que funcionen en la atmósfera superior del planeta. Cuanto más precisos sean los modelos científicos de la ionosfera marciana, mejor funcionarán estas tecnologías.

Por su parte, Beck espera que la participación de Rocket Lab en esta misión demuestre la capacidad de la empresa para abordar asignaciones interplanetarias complejas a un costo competitivo y realizar entregas rápidas. Según su perspectiva, si pueden construir una nave espacial para Marte, pueden construir cualquier otra.

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