Las empresas tardarán algunos años en ver grandes beneficios de la inteligencia artificial, y muchos proyectos podrían ser abandonados.

Una investigación reciente ha revelado que aproximadamente un 30% de los proyectos de inteligencia artificial generativa (GenAI) están destinados a ser abandonados para el año 2025. Según el análisis, estas iniciativas podrían ser desechadas después de su fase de prueba debido a diversos desafíos, que incluyen la baja calidad de los datos, una gestión de riesgos inadecuada, costos elevados y una falta de claridad en el valor comercial que aportan.

Además, el estudio señala que las empresas podrían tardar en ver retornos tangibles de sus inversiones en inteligencia artificial, lo que podría estar contribuyendo a un interés decreciente en estos proyectos. Rita Sallam, destacada analista de Gartner, enfatizó la creciente impaciencia entre los ejecutivos: "Tras la emoción del año pasado, los directivos están ansiosos por obtener resultados de las inversiones en GenAI, pero las organizaciones enfrentan dificultades para demostrar y concretar el valor. A medida que se expande el alcance de las iniciativas, la carga financiera del desarrollo y despliegue de modelos de GenAI se hace cada vez más evidente".

Una de las principales dificultades para las organizaciones radica en justificar la considerable inversión en GenAI para obtener aumentos en productividad, ya que traducir estos beneficios en beneficios financieros puede ser complicado. Adicionalmente, la implementación de GenAI suele implicar costos altos, que varían entre 5 y 20 millones de dólares. Sallam mencionó que estos costos no son uniformes y dependen de los objetivos y sectores de cada organización: "No hay un enfoque único para GenAI, y los costos no son tan predecibles como los de otras tecnologías".

A pesar de estos desafíos significativos, las empresas que fueron pioneras en su adopción ya están reportando beneficios. Datos recopilados indican un aumento promedio del 15.8% en ingresos, un ahorro del 15.2% en costos y una mejora del 22.6% en productividad. Sin embargo, los investigadores advierten que los verdaderos avances en productividad aún están a unos dos años de distancia, y parece menos probable que la inteligencia artificial reemplace a los trabajadores humanos.

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