La demanda de artistas contra Stability AI y Midjourney cobra más fuerza.

Varios artistas han denunciado que los populares servicios de inteligencia artificial generativa han infringido la ley de derechos de autor al entrenarse con conjuntos de datos que incluyen sus obras. En algunos casos, los usuarios de estos servicios pueden reproducir copias directas de esos trabajos. El año pasado, el juez William Orrick permitió que se presentara una denuncia por infracción de derechos de autor contra Stability, que opera el conocido generador de imágenes AI conocido como Stable Diffusion. Sin embargo, desestimó diversas otras reclamaciones y pidió a los abogados de los artistas que las reformularan con más detalles.

En una decisión más reciente, los argumentos revisados lograron convencer al juez para aprobar una reclamación adicional por infracción inducida de derechos de autor contra Stability. Asimismo, se permitió una reclamación de derechos de autor contra DeviantArt, que utiliza un modelo basado en Stable Diffusion, así como contra Runway AI, la startup inicial detrás de Stable Diffusion. También se admitieron reclamaciones por infracción de derechos de autor y marcas registradas contra Midjourney. Los reclamos en este último caso incluyen acusaciones de que Midjourney engañó a los usuarios con una "Lista de Estilo de Midjourney", que incluía a 4,700 artistas cuyos nombres podían ser utilizados para generar obras en su estilo. Los artistas afirman que esta lista, creada sin su conocimiento ni aprobación, implica un respaldo falso, y el juez consideró que la acusación era lo suficientemente sustancial como para continuar el debate.

A pesar de las decisiones favorables, el juez Orrick no se convenció de algunos argumentos que había enviado previamente para más detalles. Desestimó las reclamaciones que alegaban que los generadores violaron la Ley de Derechos de Autor de la Era Digital al eliminar o alterar información de gestión de derechos de autor. También desechó una demanda contra DeviantArt que alegaba que había incumplido sus términos de servicio al permitir que se recopilarán obras de usuarios para conjuntos de datos de entrenamiento de IA. Es importante resaltar que las reclamaciones que fueron aceptadas aún deberán ser discutidas en los tribunales.

Kelly McKernan, una de las artistas que participa en la demanda, calificó la decisión como “muy emocionante” y “una gran victoria”. McKernan destacó que superar esta etapa preliminar les permite solicitar información a las empresas durante el proceso de descubrimiento, lo que podría revelar detalles sobre herramientas de software que suelen ser opacas. "Ahora podremos averiguar todo lo que esas empresas no quieren que sepamos", escribió McKernan, aunque si se ordena a las empresas presentar información, no necesariamente sería divulgada al público.

El desenlace del caso es incierto, ya que numerosas demandas han sido presentadas contra empresas de inteligencia artificial, acusando que herramientas como Stable Diffusion y ChatGPT pueden reproducir fácilmente obras protegidas por derechos de autor y han sido entrenadas ilegalmente con grandes volúmenes de estas. Las empresas, por su parte, argumentan que estas reproducciones son poco comunes y difíciles de producir, y defienden que el entrenamiento debería ser considerado un uso justo legal. Algunos casos iniciales han sido desestimados, como un caso relacionado con GitHub Copilot, mientras que otros, como la demanda de New York Times Company contra OpenAI, siguen en curso.

A la par, OpenAI, Google y otros gigantes tecnológicos han firmado acuerdos multimillonarios con editores y proveedores de fotos para el acceso continuo a datos. En contraposición, empresas más pequeñas como Stability y Midjourney tienen menos recursos para adquirir acceso a datos, y los artistas individuales cuentan con menos opciones para exigir pagos. Por lo tanto, las implicaciones legales de esta disputa son extremadamente significativas para ambas partes involucradas.

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