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Estados Unidos considera implementar nuevas reglas para evitar el uso de software chino en automóviles.

La disputa comercial entre Estados Unidos y China sigue en curso.

El Departamento de Comercio de EE. UU. tiene previsto emitir nuevas normas en agosto que impondrán límites al software de vehículos proveniente de China, según Reuters. Estas nuevas reglas llegan en un momento en que la administración de Biden intensifica su escrutinio de las importaciones de autos chinos en un esfuerzo por evitar que el país inunde el mercado con vehículos eléctricos baratos. Durante un foro en Colorado, Alan Estevez, subsecretario de Comercio para la Industria y la Seguridad, mencionó que el departamento propondrá normas que exigirán que cierto software de vehículos sea fabricado en EE. UU. o por sus socios comerciales. Estas normas se aplicarían a "componentes clave del controlador del vehículo que gestionan el software y los datos relacionados con ese automóvil", según Estevez, citado por Reuters.

Esta acción se asemejaría a las restricciones comerciales impuestas contra empresas como Huawei debido a preocupaciones de seguridad nacional, ya que se teme que el gigante de las telecomunicaciones pueda ser aprovechado por el gobierno chino para actividades de espionaje. Estas reglas surgirían de una investigación iniciada a principios de este año por el Departamento de Comercio sobre software de vehículos conectados fabricado en China y otras naciones consideradas antagonistas de EE. UU. La investigación se centró en los "vehículos conectados", un término amplio que puede aplicarse a cualquier automóvil con acceso a internet. Su propósito era abordar las preocupaciones de que la tecnología como cámaras, sensores y computadoras a bordo podrían ser utilizadas por adversarios extranjeros para recopilar datos sensibles sobre ciudadanos estadounidenses e infraestructura.

China ha acusado previamente a EE. UU. de abusar repetidamente del "concepto de seguridad nacional" para atacar injustamente a empresas chinas e impedir la competencia de los mercados globales. Las nuevas normas podrían acabar reflejando disposiciones similares en los créditos fiscales federales para vehículos eléctricos, que prohíben que el crédito se aplique a vehículos con componentes de batería fabricados en China. Además, la administración ha propuesto aranceles elevados a los vehículos chinos con el fin de hacer que sean demasiado caros para vender en EE. UU.