¿Está Estados Unidos finalmente a bordo con los trenes eléctricos?

California ha logrado una avance significativo al poner en funcionamiento, por primera vez, dos trenes de pasajeros totalmente eléctricos en un importante corredor de transporte. Este desarrollo podría ser una indicación de que Estados Unidos está listo para actualizarse y seguir el ejemplo de otras naciones en la electrificación de sus trenes. Ambos trenes son operados por Caltrain y contaron con la presencia del Gobernador de California, Gavin Newsom, y la expresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, en su viaje inaugural, que tuvo lugar el sábado. El servicio regular comenzó al día siguiente, cubriendo la ruta entre San José y San Francisco.

La implementación de trenes eléctricos ha sido una idea que data de hace casi 20 años en California. Sin embargo, las autoridades aseguran que los nuevos trenes serán más silenciosos y veloces en comparación con los que funcionan con diesel, además de ofrecer una experiencia mejorada para los pasajeros. En total, estos dos trenes se sumarán a otros 17 que entrarán en servicio para mediados de septiembre. Según Caltrain, los nuevos trenes tendrán un incremento del 20% en velocidad debido a su eficiente capacidad para acelerar y desacelerar en comparación con los trenes diesel. Además, se espera que ayuden a mejorar la calidad de vida de las comunidades cercanas a las vías al reducir la contaminación del aire y el ruido.

Pese a estos avances, Estados Unidos se encuentra en una clara desventaja frente a otras regiones del mundo en la electrificación de sus ferrocarriles. Si bien existen numerosas líneas de tren ligero que funcionan con energía eléctrica, casi todas las líneas ferroviarias de carga del país aún dependen del diesel. Por ejemplo, India está a punto de electrificar el 100% de sus líneas, mientras que China ha alcanzado cerca del 75%. Más del 57% del sistema ferroviario en la Unión Europea también es eléctrico.

La adopción lenta de trenes eléctricos en Estados Unidos se debe a múltiples factores, siendo uno de los más destacados la oposición del grupo de cabildeo de la industria, la Asociación de Ferrocarriles Americanos. Esta organización sostiene que la adaptación del sistema ferroviario estadounidense para trenes eléctricos sería extremadamente costosa, dado que gran parte de la infraestructura actual está diseñada para trenes diesel, y argumentan que estos costos superan los beneficios potenciales de un sistema ferroviario electrificado. Un documento de política de la asociación, que ahora ya no se encuentra en su sitio web, esbozaba argumentos en contra de la electrificación, y pese a la crisis climática, los líderes del sector ferroviario no parecen dispuestos a cambiar su visión.

La industria ferroviaria estadounidense, consumidora de grandes cantidades de diesel —aproximadamente 4.2 mil millones de galones en 2018— se enfrenta además a la monopolización, lo que complica aún más los esfuerzos de electrificación. Los principales operadores como CSX, Norfolk Southern, BNSF y Union Pacific han mostrado resistencia a invertir en la mejora de la infraestructura. Sin embargo, el servicio de trenes de cercanías operado por el estado tiene la oportunidad de liderar este cambio, demostrando que los trenes eléctricos no solo son beneficiosos para la comunidad, sino también para el medio ambiente.

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