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¿Está en peligro tu privacidad con las aplicaciones y dispositivos de seguimiento menstrual?

Consultamos a especialistas sobre la verdadera seguridad de tus datos personales.

Las aplicaciones para el seguimiento del ciclo menstrual han evolucionado considerablemente a lo largo de los años, pasando de simples calendarios a herramientas avanzadas repletas de información e intuiciones. Sin embargo, el ámbito de la tecnología de la salud femenina está experimentando cambios rápidos. Ahora, no se trata solo de aplicaciones: dispositivos portátiles como anillos inteligentes y relojes inteligentes están incorporando estas funcionalidades, lo que permite un seguimiento aún más preciso. Por ejemplo, el Oura Ring y Whoop pueden detectar cambios sutiles en la temperatura, utilizando estos datos para ofrecer información más exacta acerca del ciclo menstrual.

La popularidad de esta tecnología es evidente, pues brinda una forma conveniente de rastrear síntomas, identificar patrones y predecir períodos, ventanas de ovulación e incluso embarazos, facilitando así una mayor comprensión de la salud reproductiva sin tener que anotar manualmente la información. Sin embargo, esta conveniencia también plantea serias preocupaciones en el ámbito de la privacidad. Al introducir información personal en estas aplicaciones, ¿realmente se tiene claridad sobre quién está manejando esos datos? ¿Qué tan seguro es? En países donde las leyes sobre el aborto son cada vez más restrictivas, podría darse el temor de que esta información se utilice en contra de las usuarias. Estas cuestiones son más pertinentes que nunca, por lo que se han consultado a varios expertos sobre los riesgos que implica esta situación.

La Dra. Jenn Hintzsche, fundadora y CEO de PherDal Fertility Science, señala que los datos de salud femenina, si se comparten de forma anónima y agregada, pueden ayudar a las mujeres a llevar vidas más saludables. Sin embargo, advierte que los mismos datos en manos equivocadas pueden ser utilizados para propósitos dañinos, lo que plantea preocupaciones sobre la legalidad en el contexto del aborto y el acceso a seguros de salud.

Nicky Watson, fundadora y arquitecta principal de Cassie, destaca que si una aplicación o dispositivo no está claramente comercializando un producto, es probable que el usuario sea, en realidad, el producto. Este concepto, que se ha popularizado en el ámbito de las redes sociales, también se aplica a la tecnología de salud. Advierte que si una mujer introduce información en un rastreador de ciclos gratuito, es probable que esos datos se estén monetizando o vendiendo.

Las leyes sobre datos de salud varían ampliamente según la ubicación, lo que representa un desafío para las empresas tecnológicas que recopilan y almacenan datos en diferentes dispositivos y jurisdicciones. En EE. UU., las regulaciones de HIPAA protegen la información sensible de los pacientes, pero muchas personas asumen erróneamente que se aplican a todas las aplicaciones y dispositivos portátiles de salud, lo cual no es cierto. Por ejemplo, datos de un Apple Watch o Fitbit generalmente no están cubiertos, a menos que sean creados o mantenidos por entidades de salud cubiertas por HIPAA.

En el contexto estadounidense, aunque no hay evidencia de que los datos de aplicaciones de seguimiento menstrual se estén utilizando en investigaciones actuales, las autoridades podrían solicitar información si se sospecha que alguien ha llevado a cabo un aborto ilegal. A pesar de esto, algunas jurisdicciones, como Washington, han implementado leyes de privacidad como la My Health My Data Act para proteger información reproductiva.

Cuando se trata de políticas de privacidad, es importante que las usuarias sean cautelosas y consideren no compartir datos en absoluto. Si optan por utilizar tecnología de seguimiento de salud, se recomienda buscar soluciones que no requieran información real. Preguntarse sobre la necesidad de proporcionar información de contacto puede ayudar a proteger la privacidad. Revisar cuidadosamente las políticas de privacidad y estar atenta a indicios de buenas prácticas de seguridad es esencial.

Las señales de alerta incluyen la falta de una política de privacidad, qué tipo de datos se recopilan y si hay información sobre el intercambio de datos, ya que esto a menudo implica la venta de la información. Por otro lado, términos como "encriptado" y "anonimizado" son indicios positivos sobre el manejo de los datos. También es recomendable que la política de privacidad se actualice al menos una vez al año para demostrar que la protección de datos es una prioridad para la empresa.

Aunque el panorama puede parecer abrumador, existen recursos imparciales que pueden ayudar a las usuarias a tomar decisiones informadas. Además, aunque ninguna empresa es completamente infalible ante la posibilidad de violaciones de datos, la clave está en entender los riesgos y usar la tecnología con conocimiento de causa.

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