Empresas de hardware lideran la lista de prometedoras startups en tecnología climática.

Un reciente informe sugiere que para que una startup logre un impacto significativo en la lucha contra el cambio climático, lo más prometedor son las empresas dedicadas al hardware que han pasado años desarrollando y validando sus tecnologías. Además, se destaca que es ventajoso especializarse en energía o en materias primas. Este informe, elaborado por Congruent Ventures y Silicon Valley Bank, incluyó encuestas a más de 50 expertos de diversas áreas, como académicos, profesionales de finanzas y del sector privado, para elaborar una lista que se redujo a 50 empresas norteamericanas organizadas en cuatro categorías: agricultura y alimentos; energía, edificios y movilidad; manufactura; y materiales.

La mayoría de las empresas seleccionadas pertenecen a los sectores de manufactura y materiales, con 18 startups, seguidas de 13 centradas en energía. A pesar de que el sector agrícola y alimentario es responsable de aproximadamente un tercio de las emisiones de carbono, su representación en la lista es escasa, lo que señala que este ámbito todavía ofrece amplias oportunidades para nuevos emprendedores e inversores.

Casi todas las startups de la lista se enfocan en hardware, lo cual es un contraste notable con la preferencia de muchos capitalistas de riesgo generales por el software. Resulta comprensible que las startups de tecnología climática exitosas tiendan a ser empresas de hardware. Esto se debe a que el cambio climático es un problema tangible, y el software tiene un impacto limitado si el hardware todavía depende de combustibles fósiles.

En promedio, las startups analizadas tienen siete años de existencia y han levantado 374 millones de dólares en financiamiento. Este promedio está influenciado por algunas startups notablemente financiadas, como Commonwealth Fusion Systems e Impossible Foods, que han recaudado más de mil millones de dólares cada una. Sin embargo, la mediana de las empresas es distinta: fueron fundadas hace unos seis años y han recaudado 114 millones de dólares. Esta diferencia entre la media y la mediana refleja que muchas de las empresas de la lista se encuentran en etapas diferentes del denominado "valle de la muerte de la comercialización". Las startups de tecnología climática en etapa temprana pueden demostrar que su tecnología es efectiva, pero al intentar comercializarla, a menudo el costo de una instalación única es muy elevado, algo que muchos inversores no están dispuestos a asumir.

Casi el 28% de las empresas han recaudado menos de 50 millones de dólares, mientras que la misma proporción ha conseguido más de 500 millones. Esto indica que aquellas empresas que logran cruzar el valle suelen ser recompensadas por los inversores. No sorprende que las startups en esta lista hayan existido durante casi una década, ya que las nuevas empresas de tecnología climática frecuentemente necesitan tiempo para validar la ciencia detrás de su tecnología. Posteriormente, el desarrollo y perfeccionamiento del hardware puede tardar años. Por lo tanto, estas startups pueden requerir más tiempo para alcanzar su madurez en comparación con las clásicas startups de software.

Para los inversores que no se especializan en el clima, realizar apuestas largas y costosas en startups de hardware arriesgadas puede ser complicado. Sin embargo, el potencial es considerable: un socio de McKinsey ha señalado que el mercado de tecnología climática ya alcanza un billón de dólares y se espera que se duplique cada década. Con la creciente preocupación por el cambio climático, las empresas que mejor puedan disminuir las emisiones tienen la oportunidad de capturar una parte significativa de este mercado, beneficiando así a sus inversores.

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