Cover Image for El relanzamiento de Flappy Bird nunca igualará la mediocridad del original, y eso es un inconveniente.

El relanzamiento de Flappy Bird nunca igualará la mediocridad del original, y eso es un inconveniente.

No puedes regresar a casa volando.

Flappy Bird marcó un hito en la simplicidad de los videojuegos móviles. Su combinación de dificultad extrema y jugabilidad adictiva fue poco común, generando una experiencia única que muchos jugadores disfrutaron. Desde su lanzamiento en 2014 por el desarrollador independiente Dong Nguyen, el juego capturó la atención masiva. Los usuarios intentaban desesperadamente mantener en vuelo a un pequeño pájaro animado, evitando chocar con una serie de tubos verdes, todos con espacios muy reducidos. La mecánica era simple, pero la ejecución resultaba complicada, ya que apenas se podía tocar la pantalla lo suficiente para mantener al pájaro volando sin caer o elevarse demasiado.

La mayoría de los jugadores no lograban superar los primeros tubos, mientras que algunos expertos conseguían avanzar varios aros. Recuerdo cómo mi hijo concentraba su atención al navegar su Flappy a través de múltiples obstáculos, mientras que yo apenas lograba 13.

A pesar del nivel de frustración que generaba, la gente se dedicaba a este juego con una devoción similar a la que hoy se observa en títulos como Wordle. Sin embargo, a diferencia de esos juegos, Flappy Bird no se sentía resoluble.

El fenómeno que rodeó a Flappy Bird fue tal que llevó a su creador a desaparecer del escenario público, retirando el juego de las plataformas de descarga debido a la carga de atención que recibía. Desde entonces, se han presentado múltiples intentos de revivirlo, aunque hasta ahora ninguna de las versiones logradas ha conseguido replicar la magia del original.

Recientemente, ha surgido la posibilidad de un nuevo Flappy Bird, esta vez desarrollado por un grupo de fans que creen poder recrear o mejorar lo que fue el juego original. A pesar de sus buenas intenciones, parece que están condenados a fallar en su objetivo. Este nuevo enfoque no se limitará a recrear la experiencia original, sino que incluirá nuevos niveles, skins y características multijugador, convirtiendo Flappy Bird en un juego móvil más convencional y predecible, akin a Angry Birds, pero sin la agudeza que caracterizaba al juego original.

La razón del éxito de Flappy Bird no radicaba en la búsqueda de gráficos atractivos o en la necesidad de mayor complejidad. La adicción provenía de su habilidad para activar el impulso de resolver problemas en los jugadores, un desafío casi insuperable que Nguyen diseñó a la perfección, con controles de vuelo que exigían una precisión sin igual.

Es posible que muchos de sus jugadores, motivados por la frustración, intentaran desesperadamente vencer al sistema del juego, pero pocos lo lograron y el deseo de superación contribuyó a su popularidad desbordante. Si finalmente se lanza un nuevo Flappy Bird, se espera que sea significativamente más fácil, permitiendo a los jugadores registrar comparativas de sus tiempos de vuelo en un entorno que será mucho menos desafiante.

En tiempos recientes, ha surgido la tendencia de revivir momentos del pasado, ya sea mediante remakes, secuelas o adaptaciones. Sin embargo, muchas veces estas versiones no logran captar la esencia de los originales, aunque puedan provocar cierto grado de nostalgia. Así, el posible regreso de Flappy Bird no debería ser motivo de celebración, sino un recordatorio de que a menudo no se da suficiente valor a lo que ya fue. La verdadera añoranza sería recuperar el Flappy Bird original, en su forma auténtica, para experimentar nuevamente esa sensación de frustración y desafío que tantos disfrutaron.

  • Flappy Bird
  • videojuegos
  • nostalgia