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¿Dificultades para desbloquear tu teléfono? Podrías haber perdido tus huellas dactilares.

La falta de estas marcas identificativas, que puede deberse a un uso excesivo del teclado, trabajos manuales, tratamientos de quimioterapia o la práctica de deportes, está emergiendo como un problema creciente en la era de la biometría.

Mara Johnson-Groh, una escritora científica independiente de 33 años, ha experimentado la pérdida de sus huellas dactilares en los últimos diez años, un fenómeno que comenzó cuando se dedicó a la escalada. Según cuenta, ha notado que sus dedos medio y anular son los más afectados, ya que suelen soportar una gran presión en las rocas. A menudo escucha anécdotas similares de otros escaladores que enfrentan problemas para acceder a sus dispositivos mediante huellas digitales. Ella utiliza su pulgar, que generalmente se mantiene en mejor estado. La situación se complicó cuando solicitó la ciudadanía, ya que el primer paso requería que se le tomaran las huellas dactilares.

Cuando acudió a la comisaría, los oficiales le dijeron que sus huellas no eran lo suficientemente claras. Después de regresar dos semanas más tarde, esta vez, lograron registrar sus huellas, aunque expresaron incertidumbre sobre qué harían si el intento fallaba nuevamente.

Las huellas dactilares se han convertido en un método común de identificación, utilizado en verificaciones de antecedentes, seguridad en viajes y acceso a vehículos sin llaves. Sin embargo, este identificador único, compuesto por relieves y surcos, puede desvanecerse o deteriorarse temporalmente. Cada vez más personas se dan cuenta de lo fácil que es perder sus huellas dactilares, lo que puede llevar a situaciones frustrantes.

El envejecimiento natural contribuye a la pérdida de huellas, según el dermatólogo Roger N. Haber, profesor asistente en la Universidad de Illinois en Chicago, quien investiga este problema. Con la edad, la piel de las manos se vuelve más delgada y los patrones de las huellas se erosionan. Además, la vida moderna está llena de lo que Haber denomina "microtrauma": un desgaste frecuente en las yemas de los dedos, que puede acelerar la pérdida de huellas, aunque este aspecto no se ha estudiado formalmente.

El microtrauma puede resultar de actividades como jugar videojuegos o teclear, donde se ejerce presión repetida sobre la misma área de las manos. Sin embargo, el problema principal podría ser la dermatitis irritante, causada por los químicos en plásticos y otros objetos de uso diario. Los profesionales de la salud, que lavan sus manos regularmente y utilizan numerosos productos químicos, son especialmente propensos a sufrir problemas relacionados con las huellas dactilares.

En general, la pérdida de huellas suele ser temporal y se resuelve en unos meses, aunque si no se atiende, puede convertirse en un problema crónico, advierte Haber. Cada vez más personas, como el presentador Scott Simon o la profesora de piano Karla Akins, comparten sus experiencias de no poder acceder a sus dispositivos o superar controles de seguridad. La causa de esta tendencia sigue siendo incierta; podría estar relacionada con cambios en las manos de las personas o con una mayor conciencia sobre el tema, ya que las huellas han reemplazado a las llaves y contraseñas.

Desde hace siglos, las huellas dactilares se han utilizado como firmas. En el siglo XIX, los ingleses empezaron a utilizarlas en contratos en India, y en 1901, la policía de Scotland Yard las adoptó para la identificación de criminales. En 1902, la Comisión de Servicio Civil de Nueva York comenzó a aplicar huellas dactilares en la identificación de solicitantes.

Simon A. Cole, profesor en UC Irvine, explica que durante los inicios del uso de biometría, había un idealismo que sostenía que el uso incrementado de huellas dactilares aseguraría una sociedad mejor, con menos fraudes y una mayor confianza en las transacciones financieras.

Coltyn Stone-Lamontagne, un estudiante de ciencias de la computación de 23 años en Manitoba, comparte que su trabajo veraniego plantando árboles ha afectado notablemente sus huellas. Aunque usa guantes, la suciedad se filtra y siente el roce constante de la arena y la tierra en sus dedos. El año pasado se dio cuenta de que su teléfono no reconocía sus huellas al intentar desbloquearlo.

Por otro lado, Terri Krejci, quien enfrentó el cáncer, se sorprendió al perder sus huellas tras someterse a quimioterapia. Dependía del sistema de identificación biométrica para ingresar al centro de tratamiento, lo que causó incomodidades.

El experto forense Glenn Langenburg anticipa que los problemas de huellas dactilares seguirán siendo comunes. Esto podría llevar a implementar múltiples factores biométricos para superar posibles inconvenientes, combinando huellas dactilares con escaneos retinianos o reconocimiento facial.

Se sugiere que aquellos con problemas conocidos con sus huellas mantengan sus manos hidratadas y utilicen lociones antes de escanearlas para mejorar la captura. En el ámbito profesional de la toma de huellas, se emplea una crema especial, conocida como "udder balm", para facilitar la identificación.

Si bien algunos buscan alterar sus huellas, este enfoque tiende a resultar contraproducente. Thomas Busey, profesor de la Universidad de Indiana, señala que la dependencia de las huellas dactilares para la identificación biométrica es limitada, dado que generalmente se usa solo un dedo o una parte del mismo, lo que presenta un desafío ante cualquier fallo en el reconocimiento.

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