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¿Debemos agradecer a Microsoft por el iPhone?

A pocas horas del lanzamiento del iPhone 16, es interesante recordar el rescate de Microsoft en 1997.

En la víspera de otro evento de Apple, donde se espera la presentación de los nuevos iPhone 16, es interesante reflexionar sobre cómo la historia de la compañía podría haber sido diferente sin la intervención de Microsoft, que en su momento era visto como un rival formidable. En la época en que Apple enfrentaba serias dificultades, la empresa había pasado de ser un pionero innovador a ver cómo sus productos, como las fallidas Newton Handhelds y el Pippin de Bandai, la llevaban hacia la irrelevancia.

Tras la salida de Steve Jobs y su regreso a la empresa en 1997, Apple se encontraba en una grave crisis, con ingresos que cayeron de 11 mil millones a 7 mil millones en pocos años y pérdidas acumuladas de 125 millones en 1996. A pesar de los rumores de una posible fusión con Sun Microsystems, la verdad es que Apple necesitaba urgentemente revitalizar sus ventas, en especial de sus Power Macintosh y PowerBooks.

Durante una presentación en Macworld en 1997, Jobs esbozó un plan para salvar a Apple sin anunciar nuevos productos, enfocándose en la renovación del liderazgo y las alianzas estratégicas. Un momento clave fue el anuncio del compromiso de Microsoft de comprar acciones de Apple por 150 millones de dólares. Este acuerdo incluía una licencia abierta para que Microsoft utilizara la interfaz gráfica de usuario de Apple en su sistema operativo Windows, lo que generó reacciones mixtas entre los asistentes.

El acuerdo significaba también un reconocimiento de que la rivalidad hostil entre ambas compañías ya no era beneficiosa. Sin embargo, Microsoft no actuó únicamente por altruismo; el acuerdo llevó a una resolución de patentes que evitó que Apple demandara a Microsoft por el uso de elementos de su interfaz gráfica.

Este movimiento permitió a Microsoft fortalecer aún más su posición en el mercado de navegadores, mientras que para Apple fue una oportunidad crucial para reestablecerse. Jobs promocionó la capacidad de reconocimiento de la marca y su predominancia en sectores como la educación y la creatividad, donde una gran parte de las computadoras utilizadas eran Macs.

La inyección de capital de Microsoft no solo permitió a Apple sobrevivir, sino que también le dio el tiempo necesario para desarrollar productos innovadores, incluido el iMac, que fue lanzado en 1998. Sin el respaldo financiero de Microsoft, es posible que Apple no hubiera podido convertirse en la potencia tecnológica que es hoy, y sin su ayuda, la revolución del cómputo móvil podría haberse retrasado significativamente.

Hoy, al admirar los últimos productos de Apple, como el iPhone 16 y los AirPods, es interesante pensar en cómo una decisión estratégica de Microsoft en 1997 jugó un papel fundamental en el futuro de Apple.

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