El candidato de Trump para la EPA desea convertir a Estados Unidos en la capital mundial de la inteligencia artificial.
Se encargará de garantizar decisiones de desregulación justas y rápidas.
La inteligencia artificial es un tema clave para Lee Zeldin, quien ha sido designado por Donald Trump para liderar la Agencia de Protección Ambiental (EPA). Zeldin ha expresado su objetivo de "desatar el dominio energético de EE. UU." y convertir al país en la "capital mundial de la IA", según un mensaje publicado en una plataforma de redes sociales. La EPA es responsable de regular las emisiones que contaminan el aire y contribuyen al cambio climático, lo que le otorga un papel crucial en cómo el aumento de la demanda energética de la IA puede incrementar la contaminación proveniente de las plantas de energía.
No obstante, Zeldin parece estar priorizando la expansión de los negocios, especialmente en relación con los centros de datos de IA, sobre la protección del medio ambiente. Ya hay preocupación por parte de defensores del medio ambiente ante los planes de Trump para la EPA. Manish Bapna, presidente del Natural Resources Defense Council, aseguró que es posible satisfacer la demanda de centros de datos sin eliminar las regulaciones de la EPA que buscan limpiar las plantas de energía contaminantes y reducir la contaminación climática. Bapna destacó la necesidad de que la EPA proteja el aire y agua limpios, además de la salud pública.
De cumplirse las promesas de campaña, se espera que la próxima administración de Trump implemente una serie de desregulaciones. Durante su mandato anterior, más de 100 regulaciones ambientales fueron eliminadas, y la Corte Suprema fue compuesta por jueces que han limitado la capacidad de las agencias federales para regular la industria. En un mensaje reciente, Trump afirmó que Zeldin se encargará de asegurar decisiones desregulatorias "justas y rápidas", al tiempo que se mantendrán los más altos estándares ambientales.
Trump también compartió preocupaciones sobre los estudios de impacto ambiental, señalando que pueden ralentizar proyectos durante muchos años y aumentando los costos de hacerlo de manera ambientalmente responsable. Zeldin tiene un historial controvertido en cuestiones ambientales, con una puntuación de apenas 14% en su trayectoria legislativa, y ha recibido más de 269,000 dólares del sector energético y cerca de 1.5 millones de dólares del sector inmobiliario durante su carrera política.
A pesar de las preocupaciones, algunos defensores del medio ambiente todavía mantienen la esperanza de que se puedan salvar las regulaciones ambientales bajo la dirección de Zeldin, aunque ya votó en 2017 para recortar el presupuesto de la EPA en un 25%. A pesar de las diferencias pasadas, algunos han encontrado terreno común con él en problemas específicos, como su oposición a la perforación en alta mar.
Los centros de datos, especialmente aquellos que utilizan gran cantidad de energía para entrenar sistemas de IA, son un tema candente en el debate medioambiental. La eficiencia energética ha permitido que el consumo de energía de estos centros se mantenga relativamente estable, pero se prevé que su demanda aumente un 160% para 2030, según investigaciones de Goldman Sachs. EE. UU. alberga más centros de datos que cualquier otro país, y su creciente demanda energética podría derivar en un incremento de la contaminación del sector energético.
A pesar de los esfuerzos de las empresas tecnológicas estadounidenses por adquirir energía renovable y revivir la industria nuclear, su huella de carbono ha aumentado con el desarrollo de nuevas herramientas de IA. Las empresas tecnológicas continúan conectándose a la red eléctrica local, que se abastece en un 60% de combustibles fósiles. La administración de Trump anteriormente revocó un plan de la era Obama que pretendía reducir las emisiones de las plantas de energía y lo reemplazó por regulaciones más débiles, lo que, según la EPA, podría resultar en miles de muertes adicionales y agravar casos de asma debido a la contaminación.
Con la nueva administración de Trump en camino, las reglas más estrictas impuestas durante el mandato de Biden enfrentan un futuro incierto. Jeremy Symons, asesor senior de Environmental Protection Network, ha señalado que es probable que la dirección de Zeldin siga la línea de desregulación de la EPA, aunque espera que pueda reconocer el apoyo público amplio y bipartidista a la labor de la EPA en la protección del aire y el agua.