Los Hinterlands son la mejor parte de Dragon Age: Inquisition.
A pesar de su fama dudosa, los Hinterlands son la mejor zona de Dragon Age: Inquisition, y estoy cansado de fingir lo contrario.
Después de una larga espera de casi diez años, los aficionados a la serie Dragon Age están a solo una semana de disfrutar de la nueva entrega, Dragon Age: The Veilguard. La anticipación ha sido intensa, especialmente tras la experiencia memorable que ofreció Dragon Age: Inquisition en 2014, que se considera una de las mejores experiencias de juego de fantasía medieval previas a Elden Ring. Esta secuela promete llevar a los jugadores más profundamente que nunca en el mundo de Thedas.
Durante este tiempo de espera, muchos fans han lidiado con la frustración, recordando los nombres "Joplin" y "Morrison" con nostalgia. Sin embargo, han mantenido su pasión por la serie, reviviendo Inquisition una y otra vez. Es indiscutible que Dragon Age: Inquisition es un gran juego, galardonado como Juego del Año en los premios del 2014, aunque a menudo surgen críticas sobre su inicio, especialmente en relación con la vastedad de los Hinterlands, que algunos consideran tediosa. A pesar de esto, muchos defensores creen que esta área es un verdadero punto culminante del juego.
Situada en un mundo medieval ficticio llamado Thedas, la historia se desarrolla en un contexto de guerra civil entre magos y templarios. Un conclave destinado a negociar la paz termina en caos cuando una explosión provoca la aparición de una herida en el cielo, conocida como The Breach, que da paso a criaturas maléficas. El jugador, en el papel de un héroe capaz de cerrar esta brecha, se une a la Inquisición, una organización que busca restaurar el orden.
El éxito de un RPG radica en una construcción de mundo sólida y atractiva. Dragon Age: Inquisition destaca en este aspecto desde el comienzo, con los Hinterlands proporcionando una inmersión importante y llevando a los jugadores a experimentar la vida de los habitantes de Thedas. No solo se observa la devastación causada por el conflicto entre magos y templarios, sino también la resiliencia de las personas que continúan luchando contra adversidades.
Este vasto territorio también actúa como un tutorial práctico para los jugadores, ofreciendo combates accesibles que van incrementando en dificultad. Los Hinterlands presentan la mezcla perfecta de retos sencillos y mayores desafíos, permitiendo a los jugadores familiarizarse con sus habilidades mientras interactúan con sus compañeros. Las dinámicas entre los personajes son uno de los aspectos más disfrutables del juego, enriqueciendo la experiencia con diálogos humorísticos y relatos personales que hacen sentir que el entorno está vivo.
El área también está llena de sorpresas y secretos. Te puedes encontrar enfrentando a demonios mientras realizas misiones aparentemente triviales, o descubrir puertas ocultas que te llevan a territorios inexplorados. A diferencia de lugares que pueden resultar frustrantes, como The Hissing Wastes o The Fallow Mire, los Hinterlands se sienten vibrantes y llenos de historia.
Aunque Dragon Age: Inquisition tiene sus imperfections y se le critica por su ambición desmedida, los Hinterlands simbolizan esta dualidad. Puede ser agotador debido a la cantidad de misiones, especialmente para aquellos que intentan completarlo todo, pero esta complejidad solo refuerza la autenticidad del mundo. Las misiones ofrecen tanto momentos ligeros como situaciones tensas, reflejando la mezcla de experiencias de la vida real.
Replay de Dragon Age: Inquisition permite descubrir nuevos matices en Thedas. A lo largo de los años, la experiencia se renueva, permitiendo a los jugadores sumergirse en un equilibrio ideal de acción y exploración. Mientras que otras áreas pueden resultar monótonas, los Hinterlands siempre se presentan como un refugio inmersivo, propiciando la exploración y la apreciación al máximo.
A pesar de sus críticas, los Hinterlands cumplen su función al ofrecer una visión profunda de un mundo de alta fantasía. Aunque su extensión podría parecer abrumadora a veces, la riqueza de experiencias que ofrecen vale la pena. En definitiva, son un lugar donde perderse y disfrutar al máximo de lo que representa jugar un RPG.