Los creadores de la revolución del HDTV buscan ofrecer una tecnología de almacenamiento casi indestructible que pueda reducir una película en DVD al tamaño de una uña humana.
SWS emplea emulsión de haluro de plata para garantizar la preservación de datos sin posibilidad de manipulaciones.
Veteranos ingenieros Clark Johnson y Richard Jay Solomon están enfrentando un desafío significativo en el ámbito del almacenamiento de datos: asegurar que la información permanezca intacta y a salvo durante siglos sin necesidad de energía. Un nuevo sistema de almacenamiento, conocido como SWS (Standing-Wave Storage), ha sido desarrollado en Wave Domain y combina técnicas de fotografía antigua con las necesidades modernas de almacenamiento de datos.
Inspirándose en la técnica de emulsión del físico Gabriel Lippmann, premio Nobel, esta tecnología captura ondas de color en una emulsión de haluros de plata duradera. Johnson, quien fue parte fundamental en el desarrollo de la HDTV, junto con Solomon y un equipo en MIT a finales de los años 80, aplicó su experiencia en óptica e imagen digital para innovar en este nuevo medio de archivo. En colaboración con el experto en emulsiones Yves Gentet, adaptaron el método de Lippmann para almacenar múltiples colores por píxel, logrando así un medio de archivo de alta densidad.
El sistema SWS está diseñado especialmente para aplicaciones donde la preservación de datos es crucial durante largos períodos sin necesidad de energía o copias. Solomon mencionó que la lectura de los datos se realiza a una velocidad de banda muy alta, destacando que “no hay computadora en el planeta que pueda absorberlo sin algún tipo de almacenamiento intermedio”. Utilizando LEDs y una placa de haluro de plata formulada de manera especial, el sistema “escribe” los datos en ondas de color, que al ser procesados resultan inmunes a la humedad, radiación y rayos cósmicos.
En 2019, la NASA llevó a cabo pruebas de durabilidad enviando 150 muestras de SWS a la Estación Espacial Internacional, donde estuvieron expuestas a radiación cósmica durante nueve meses. Al regresar, Solomon informó que no hubo “absolutamente ninguna degradación” en los datos, lo que resalta la robustez de la tecnología incluso en las extremas condiciones del espacio, lo que sugiere su aplicabilidad en centros de datos, investigaciones científicas y proyectos espaciales donde se requiere un mínimo consumo energético.
Johnson, de 94 años, expresó su deseo de no crear una empresa emergente en torno a esta tecnología, sino de encontrar un sucesor que liderase la adopción de SWS en el mercado. Además, enfatizó que uno de los objetivos es utilizar componentes de bajo costo y fácilmente disponibles para garantizar su implementación más allá de la exploración espacial, especialmente en sectores con gran carga de datos.